¿Cuál es el deporte emblema de Neuquén?

Español y Pérfora, referencias en básquet. Labrín y Mangin, olímpicos. El patín es potencia. Carriqueo tiene dos JJ OO en el lomo. Alianza y el Rojo, los top. Aldo Ríos, un estilista.

 

Neuquén es una provincia con mucha acción deportiva pero cuesta encontrar la referencia. El fútbol arrasa con cantidad de jugadores y hasta se anotó un toque  mundial con el Huevo Acuña, pero casi no existe en el mapa nacional. El básquet retruca con seis equipos en las ligas federales y una constante presencia en las selecciones menores. El automovilismo, por peso económico, se ganó un lugar. Y el vóley, con Gigante del Sur en la elite durante 16 años y Camilo Soto como DT campeón del mundo Sub 21, se anima a meterse en la pelea…..

La realidad es que la provincia no logra meterse definitivamente en “las grandes ligas” de las disciplinas masivas y por eso los mayores éxitos se encuentran en esos deportes que no son olímpicos (patín carrera) o en aquellos donde las clave pasan por el esfuerzo y el talento individual.

El canotaje tranquilamente se puede colgar el cartel de top por una sencilla razón: los dos primeros representantes olímpicos de Neuquén fueron Juan de la Cruz Labrín y Sergio Mangín y hace menos de un año, Nadia Riquelme se colgó la medalla de plata en Lima.

Javier Carriqueo, atleta él, puede salir a bancar su deporte y tiene un dato letal: es el único con doble presencia en Juegos Olímpicos. Y antes hubo un crack como Tranquilino Valenzuela, que no llegó a la máxima cita pero fue un corredor top a nivel país.

El listado se hace eterno cuando aparece en escena el patín, donde Neuquén es una potencia nacional. José Luis Lozano y Rosana Sastre están bien arriba, siempre hubo alguien que agarró la posta (Maira Arias, Victoria Rodríguez López…) y los talentos aparecen sin pausas (Fran Reyes Petrelli, Benjamín Gader…). Esa ausencia de “chapa olímpica” pone piedras en la disciplina a nivel internacional, especialmente a la hora de la repercusión. De todos modos el 2019 fue inolvidable: título a nivel federativo y también entre los clubes de la mano de Alta Barda.

La ausencia de un campeón mundial priva al boxeo de meterse en la disputa grande. Bruno Godoy es la gran referencia, Aldo Ríos estuvo a un suspiro de colgarse la faja en la mismísima Las Vegas y Billi Godoy o Paulo Sánchez dieron que hablar en su momento, con victorias rutilantes.

De nuevo en los deportes en conjunto y del popular fútbol en particular, los puntos altos son contados con los dedos de una mano. Independiente hizo un esfuerzo enorme por sostenerse en el Federal A hasta que descendió, Alianza nunca pudo repetir sus exitosos ’80 y de repente asomó Rincón para transformarse en una potencia a pesar de sus pocos años de vida. A pesar de este panorama pobretón, le da el cuero para pelear por el 1 en la provincia.

Los fanáticos de básquet seguramente van a salir a presentar batalla y se sostendrán en la fuerte presencia federal, con Centro Español y Petrolero en la Liga Argentina y un cuarteto en el TFB (Independiente, Pacífico, Pérfora y Centenario). Así y todo cuesta encontrar una base sólida, especialmente económica, que permita soñar con uno de ellos en la elite. Si de historia se trata, el Rojo gana con comodidad: dos veces estuvo en la A y hasta subió al podio en 1990.

Con el vóley se da una situación particular porque es la única disciplina en la que Neuquén dice presente en primera. El problema es que la referencia de Gigantes no tiene su consecuencia en las bases y en la competencia interna. Si no hay conexión con la Federación, difícilmente se pueda crecer.

Algo similar ocurre con el automovilismo, que cuenta con hechos aislados y lleva a los fierreros a decir que es la disciplina más importante de la provincia. Es cierto que convoca multitudes y explotan las boleterías, pero también es verdad que si el TC elige venir a Cente dos veces al año es por una cuestión de billetes. Esa pasión, decididamente, no se traslada a la actividad local, que tiene un calendario precario y los pilotos se sostienen como pueden.

Fútbol, básquet, canotaje, patín carrera, vóley, automovilismo, atletismo, boxeo….Sin importar el orden, de ese G8 debería salir el deporte emblema de la provincia. Claro que hay más y varias en constante crecimiento, como natación (en Lima, Iñaki Basiloff hizo historia con siete medallas, hándbol (indoor y beach), rugby, tenis o hockey…

Son disciplinas en las que la provincia tiene presencia a nivel nacional pero, por ahora, están en el segundo pelotón. Y lo mismo ocurre con actividades como el judo (Lorena Briceño, también olímpica) o el tae kwon do (José Luis Acuña), que suelen desprender talentos pero están lejos de ser masivos.

 

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