Garello, básquet en la sangre y una palabra clave: sacrificio

Si tiene que golear, lo hace. Si su misión es defender duro y bajar rebotes, también. El alero está al servicio de Petro. (Rubén Quiroga/Prensa Petrolero)

Por Cristian Helou

En medio de un buen rendimiento en el arranque de la competencia y con un plantel que todavía está en la etapa conocimiento y ajustes, Valentín Garello ya se metió en el mundo Petrolero. Está cómodo en Plaza Huincul, se ganó la confianza del cuerpo técnico liderado por Patricio Denegri y palpita el duelo ante Del Progreso (miércoles 6 a las 21 en Roca) con el claro objetivo de ir por el récord positivo en la conferencia Sur de la Liga Argentina de básquet.

“Sabemos que nos enfrentaremos a un equipo que tiene características similares a la nuestras. Intentará hacerse fuerte de local y será un rival duro. Creo que va a ser un partido muy intenso”, arrancó el rosarino de 22 años.

El Matador ya tiene una buena medida de la zona (victorias ante Atenas y Quilmes, caídas ante Español y Viedma) y con ese parámetro, Valentín afirmó que “los vamos conociendo a todos y va a ser un torneo muy parejo. Nosotros tenemos claro que además de hacer las cosas bien, debemos ser muy sacrificados dentro de la cancha”.

De todos modos, el alero está conforme con el arranque, porque “pudimos ser competitivos en todos los partidos que jugamos, incluso en la gira por Viedma y Patagones estuvimos muy cerca de traernos los dos triunfos”.

En lo individual, comentó que intenta “estar tranquilo, ser paciente” y que su función dependerá de cada juego. “A veces tendré que defender duro y agarrar rebotes y otras veces me tocará hacer puntos”, dijo.

Luego de dos meses en la comarca petrolera, Garello está cómodo en Petro: “No nos falta nada, desde el primer día nos han tratado de la mejor manera. También es muy importante para nosotros el aliento de la gente, esperemos que sigan acompañando y llenando el estadio como lo vienen haciendo”.

Valentín es hijo de Javier, más conocido como el Gringo, un jugador que dejó una marca en la Liga Nacional. Pelado, con cara de malo, siempre fue uno de los primeros apuntados por cada hinchada rival.

“A mi viejo lo admiro mucho, dentro de la cancha era un torbellino de locura (risas). Creo que nunca vi un jugador con tanta actitud, pero afuera de la cancha es un tipo muy tranquilo y agradable, siempre nos apoyó a mí y a mi hermano (Vicente, también basquetbolista). Toda la vida nos inculcó que las cosas se consiguen laburando a conciencia, con sacrificio2.

El Gringo, típico jugador ochetoso, de esos que alcanzó a usar camiseta de piqué, está muy atento a las campañas de sus hijos. “Trata de que no cometamos sus errores, que en el básquet profesional hay que tener buenas conductas, ser respetuoso con los entrenadores, con los rivales, los árbitros, la gente… Yo estoy muy agradecido con él y también con mi vieja, que siempre esta bancando con un cariño increíble”.

Valentín se siente muy cómodo en el Matador. (Rubén Quiroga/Prensa Petrolero)
El Gringo Garello durante un partido homenaje a Ariel Bernardini, en Rosario. Visitó varias veces la zona para enfrentar a Independiente y Deportivo Roca.

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