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Marisa, Keila, la emoción a flor de piel y el pedido que frenó un retiro

Esa 13 ya tiene una heredera de lujo.

Por Cristian Helou

“Ya venía pensando en dejar la competencia, pero ella me dijo: no te podés retirar hasta que pueda jugar con vos. Es re emocionante”. Marisa Quiroga, referente del básquet neuquino, le metió un capítulo inigualable a su carrera, se dio el gusto de jugar en primera con su hija Keila y las dos contaron detalles de una jornada inolvidable. Fue el sábado, en el cómodo 83-44 de Biguá sobre la Escuela Municipal de Cipolletti y ahora van por más.

“Fue un fin de semana con las emociones a fondo. Estaba re tranquila y Kei también, pero cuando la hicieron entrar me emocioné. Ella ingresó, tuvo que tirar unos libres y después me vino a preguntar, toda seria y concentrada, ‘má, ¿cómo es la salida de ustedes?’. No sabía que responderle. Me olvidé mal”, relató Marisa en declaraciones a Radio Nacional Neuquén (103.3).

Keila también recordó el momento de su ingreso: “Yo estaba muy tranquila porque nunca pensé que iba a entrar. Cuando Boti (Santángelo, DT) me avisó que iba a la cancha, no lo podía creer. Estaba relajada por la diferencia que habíamos sacado y ahí empecé a pensar que podía jugar”. Finalmente compartieron casi 10 minutos en el parqué.

Mamá Marisa forma parte de una familia en la que todos son “fanáticos del básquet, pero nunca tuvimos influencia sobre Kei. Ella practicó atletismo, vóley y hace dos años se enganchó con el básquet”. En la misma sintonía, Keila afirmó: “Siempre tuve la libertad de elegir y la verdad es que al principio lo tomé muy por arriba al básquet. Ahora ya es una prioridad y quiero tomarlo como ella. Quiero jugar como mamá”.

A los 34, Marisa imaginaba el adiós, pero la historia cambió a partir del sábado. “Ya venía pensando en dejar, pero ella me dijo: no te podés retirar hasta que pueda jugar con vos. Es re emocionante. Recién el viernes nos enteramos que estaba convocada para la primera. Fue inesperado, salió de la nada y se dio re lindo. Fue inolvidable para las dos”, dijo.

El sábado 24, por la segunda fecha del Integración, se viene un gran partido, porque Biguá visitará a Gregorio Álvarez, en un duelo que siempre entrega emociones. “Va a estar lindo, como siempre”, avisa mamá. Y Keila, de 16, ya se anima al desafío: “Todavía no se sabe si voy a estar en el plantel. Si me toca, creo que esta vez las voy a apoyar desde el banco, pero me siento preparada para jugar”.

Las Bigualas, que vienen de muy buenas producciones en los últimos años, están listas para dar pelea en el torneo y Marisa avisa: “Tenemos un equipo muy completo, estamos muy bien para lo que es nivel Integración. Estamos entrenando con muchas ganas y es súper importante después del año complicado que tuvimos”.

Esta foto va derechito al cuadro. Kei y Marisa, a minutos de compartir sus primeros 10 minutos en cancha.

Y cerró: “Se está trabajando muy bien en formativas e incluso hay varias chicas que están en condiciones de darnos una mano, porque sólo quedamos cinco mayores. Corren mucho y la verdad es que nos viene muy bien a mí y a Vero Ferreyra, que somos las internas”.

Marisa es la dueña absoluta de la 13 y Keila se calzó la 6, pero ya avisó que meterá cambiazo cuando llegue el retiro. Tendrá que esperar porque mamá recuperó las ganas de seguir y encima ahora tiene una socia ideal, de esas para definir jugadas con una simple mirada.

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