A 15 años de la primera Liga Patagónica y de la gran campaña del Decano

El Negro Godoy, el alma del Decano.

Por Nicolás Tamborindegui

El Decano versión Liga Patagónica 2005.

Desde mediados de la década del 2000, los torneos de básquet que se disputan entre temporadas empezaron a crecer considerablemente. Jugadores de Liga, TNA o Liga B aprovechaban el parate de la competición oficial para reforzar a clubes locales que además habían empezado a pagar un buen dinero, ya que la gente concurría en buen número a la cancha. Pasó en Bahía Blanca, en Viedma y Patagones (hubo un auge muy importante) y también se vio beneficiado nuestro torneo Integración. En ese marco, nació la Liga Patagónica de Básquet, una idea muy ambiciosa de Enrique Tolcachier, entrenador con importante experiencia en clubes y formativas, y asistente técnico de la selección Argentina. El premio para el ganador era una plaza en el tercer escalón del básquet nacional.

Era un torneo que lo jugaban todos los clubes desde Tierra del Fuego a La Pampa. Potenciaba la competencia local (el Integración por ejemplo) y permitía instancias regionales con cruces muy importantes. Era una linda motivación para técnicos, jugadores y dirigentes, y además la jugaban todas las categorías formativas, con lo cual la jornada de partidos arrancaba un mismo día desde temprano.

En el año 2005, Pacífico de Neuquén llegó bastante lejos, más precisamente hasta el hexagonal final, que se disputó en San Antonio Oeste desde el 29 de septiembre de ese año, en el marco también de los 100 años de la localidad rionegrina. El conjunto neuquino era dirigido por Daniel Araoz y se había ganado el derecho a participar de la cita final después de ganar un triangular en Villa Regina ganándole al viernes, al local Atlético Regina en un partidazo, y el sábado a Independiente de General Pico (La Pampa). Regina era el gran favorito de la mano del empuje de su gente (jugaba siempre a cancha llena) y de un muy buen plantel. Sebastián Fito Vasino y Nicolás Arese eran las figuras, bien acompañadas por una buena base de locales (Gastón González, Diego Felicevich, Juan Manuel Ocampos y Nicolás Toncovich).

“Pacífico logró una victoria importantísima, cuando no muchos creían que se pudiera voltear a Atlético Regina en su cancha. El conjunto de Aráoz demostró que lo tiene de hijo (lo venció las tres veces que se enfrentaron en el año) y logró más de la mitad de la clasificación en un partido tremendo que será recordado por mucho tiempo”. Así cerraba a crónica que escribí en aquel entonces para la web Básquet del valle (agradecimiento enorme a Máximo Daga por tenerla guardada 15 años después). Fue 79-70. El Flaco Rubén Guzmán con 21 puntos, Matías Prieto con 18 y el Negro Godoy con 16, fueron los goleadores del ganador. Ocampos con 16 y González y Vasino con 15 los mejores en el dueño de casa, en un partido que se jugó ante 650 espectadores.

“Clasificamos al hexagonal ganando ese triangular en Regina” recordó Coco Gómez Weiss. “Me acuerdo de ese partido contra Regina con la cancha llena, si no me equivoco fuimos perdiendo y lo ganamos sobre el final”, contó Sebastián Alonso, el base de ese plantel Decano y hermano de Luciano, ídolo de Independiente.

Jankowski, ayudado por Guzmán, corta las redes en la cancha de Regina.

“Regina era el número 1, nosotros clasificamos a lo último y el otro equipo, que era Independiente de General Pico, venía del repechaje. La semana previa a ese partido fue tremendo. Para los que jugamos en un equipo de liga, volver a entrenar todos los días y preparar los partidos fue una sensación fuerte. Esa semana hicimos el scouting de que hacían ellos jugador por jugador, fueron lindos esos días”, rememoró Gabriel Jankowski, quien terminó cortando las redes tras el triunfo ante el Rojo pampeano.

“El club venía de un montón de años de no jugar nada importante y fue muy lindo llegar hasta ahí. Muchos jugábamos porque nos gustaba y sentirnos profesionales por una semana fue tremendo. El partido salió como lo planificamos, fue asperísimo, con una cancha llena, había gente en los balcones, por todos lados. Ese era el partido decisivo, sabíamos que Independiente de Pico era más accesible” agregó.

El inconveniente que tenía esa Liga Patagónica era que se extendía bastante y a la hora de las instancias finales, los jugadores de liga dejaban sus equipos temporarios para empezar las pretemporadas de A, TNA y Liga B. Así, el Decano perdió a dos de sus figuras, Maximiliano Maneiro y Luciano Zupanovich, pero de la mano del Negro Sebastián Godoy y de un plantel sólido logró desplegar un muy buen básquet para llegar al hexagonal.Además del interminable Negro estaban Guzmán, Jankowski, Alonso, Matías Prieto,  Gómez Weiss, Luis Martínez, Andrés Quiroga, Cristian Garretón, Pachi Inda y Facundo Paz, entre otros.

Ese hexagonal final tenía muy buenos equipos. Atenas de Carmen de Patagones contaba con varios jugadores de gran nivel como Leonardo Sandón, Emiliano Agostino, Martín Deimundo, Rodrigo Morales y David Merelles, bajo la dirección técnica de Claudio Boccatonda. En el local, Ferro de San Antonio, se destacaban Hernán Tettamanti, Lucas Lima, Facundo Ciordia y Martín Álvarez, con el Mono Daniel Quartarolo (ex Independiente de Neuquén) como técnico. Estudiantes de Santa Rosa llegaba con el equipo que iba a disputar la Liga B, con Ramiro García (un pivot de 2,06) y el base Nicolás Lorenzo como figuras, dirigidos por Maximiliano Rubio. En  Náutico de Rada Tilly (Chubut) estaba quizás el jugador de mayor renombre del torneo, Marcos Nóbile (ex Atenas de Córdoba, Gimnasia de Comodoro y selección Argentina) y en Municipal de Río Grande (Tierra del Fuego), la gran sorpresa, sobresalían dos jóvenes con mucho gol: Ariel Pau (hizo una gran carrera después en la liga) y Carlos Miranda, además del pivot Daniel Ojeda (2,04 metros).

Daniel Aráoz y Sebastián Alonso, DT y base de ese equipo.

Todas las delegaciones se hospedaban en el complejo del Instituto de Seguridad Social del Neuquén en Las Grutas y para entrenar y jugar viajaban hasta San Antonio. A Pacífico le tocó debutar contra el local, a cancha llena y con muy buen clima, a último turno. Tuvo un buen arranque, pero terminó pesando la diferencia que marcaban las individualidades de Ferro. Estuvieron muy certeros Álvarez y Lucas Lima en los triples y además fue muy buena la marca sobre Godoy, la estrella de los neuquinos. Fue victoria para el conjunto local por 82 a 67. Alonso, penetrando desde la base, fue el jugador más destacado en los dirigidos por el Pollo Aráoz.

“Ferro nos ganó bien, por más de 10 puntos, ahí jugaba el Foca Ciordia”, rememora Gómez Weiss. “El primer partido nos toca Ferro de San Antonio, jugaba Tettamanti y el Foca. Era el candidato. Me acuerdo patente que jugamos a cancha llena. Fue un partido horrible nuestro, durísimo, ellos tenían 8 o 9 jugadores que se dedicaban a eso”, contó Jankowski, quien recordó una anécdota de ese choque: “Lo gracioso de ese partido es que se largó a llover con todo, el techo era de chapa y no se escuchaba el silbato de los árbitros. Además el piso se mojó mucho y justo cuando metimos una remontada. El Rulo Alonso, que era zurdo, encaraba para la izquierda, se cayó como tres o cuatro veces y los árbitros quisieron suspender el partido y le decían que no arranque para ese lado para no resbalarse y él les contestaba que no sabía picar la pelota con la otra mano”.

Estos dos equipos, más Náutico de Rada Tilly integraban la zona A. Los restantes elencos estaban en la B. Por esa zona, en la primera jornada, Municipal dio la sorpresa al vencer a Estudiantes de Santa Rosa a puro triple y con 47 puntos del escolta Miranda, por 100 a 88. Al día siguiente, Atenas de Carmen de Patagones eliminó a los pampeanos de la lucha por el título al vencerlo por 81-73. El Griego luego venció a los fueguinos por 98-93 en gran remontada después de irse al entretiempo 13 puntos abajo y se adjudicó el grupo, aunque ambos clasificaron a semifinales.

Pacífico se jugaba entonces el pasaporte mano a mano con Náutico de Rada Tilly, que había perdido con Ferro el día anterior. Ese juego fue un sábado al mediodía, lo trasmitimos con mi colega Sebastián Ortiz para Neuquén por FM Record y es uno de los mejores partidos a nivel zonal que recuerdo: faltaban menos de 5 minutos para el final y Pacífico perdía por 13 puntos, después de ir abajo todo el partido, pero empezaron a entrar los triples, tanto de Jankowski como de Coco Gómez Weiss. El equipo chubutense comenzó a errar, empezaron a jugar los nervios y cometieron varias faltas. Así, el Decano logró llegar con chances concretas a la instancia decisiva del juego.

Marcos Nóbile, el verdugo del Decano en el Hexagonal Final del 2005.

Esos últimos minutos fueron muy emotivos. Parecía que era de Pacífico cuando a pocos segundos del final, Jankowski fue a la línea de tiros libres y con tres conversiones puso el tablero 93-92 a favor. Sin embargo, llegó un pase largo a Nóbile, el alero se dio vuelta utilizando toda su experiencia y con mucha calidad anotó un doble sobre el filo de la chicharra para el delirio de sus compañeros (93-94). Mucha bronca, dolor y tristeza en los neuquinos, que habían dejado todo en la cancha y habían protagonizado una remontada épica.

“Si ganábamos pasábamos a jugar las semis. Veníamos perdiendo por bastante, y en el último cuarto lo dimos vuelta, pasamos a ganar por uno, faltaban unos segundos y se la terminan dando a Nóbile, que jugó toda su vida en Liga. Tiró de la zona del tiro libre, metió el doble y nos ganaron por uno. Ahí nos quedamos afuera de las semifinales”, cuenta Coco. “Todavía me acuerdo del doble de Nóbile”, dice Garretón, quien lo vivió desde el banco. “Cuando perdimos por ese último doble fue doloroso, pero las sensaciones siempre fueron positivas”, agregó el Rulo Alonso.

Jankowski también recuerda lo que pasó hace 15 años: “Tuvimos un partido horrible, al entretiempo nos fuimos 22 o 23 puntos abajo y no me olvido más que Daniel (Aráoz)  nos pidió en el vestuario que empecemos a arriesgar. Nos puso al Coco y a mí en la cancha y empezamos a correr y a tirar. Faltando 2 o 3 segundos perdíamos por 2 y me hacen falta mientras tiraba desde mitad de cancha. Metí los 3 tiros, ellos sacan de abajo del aro, no había minuto para sacar del medio del campo ni nada, se la volean a Nóbile, que mete el doble y termina el partido. Fue un mazazo”.

Al día siguiente, domingo, llegó el premio consuelo: los de Aráoz vencieron con autoridad a Estudiantes por 85 a 72 y se quedaron con el quinto puesto. Hubo una gran tarea de Guzmán esa mañana (se jugó a primer turno). “Pasamos de estar entre los cuatro mejores a jugar por el quinto. Nos quedó la sensación de que sin nada estuvimos ahí de jugar semifinales. Era un torneo re importante, con 50 equipos, fue un lindo certamen que después nos permitió llegar a otros hexagonales más mas adelante”, explicó Jankowski.

Leo Sandón, el MVP del Torneo jugando la final contra Ferro de San Antonio. (Foto: archivo La Nueva agencia Patagones)

El campeón de esa primera edición fue Atenas, que de la mano de Sandón (26 puntos y MVP del torneo), Deimundo (18) y Agostino venció al local Ferro en la gran final por 85-79. Municipal de Río Grande fue tercero al doblegar a Náutico 103-98 en un muy buen partido por el tercer puesto. Pacífico ya estaba de regreso a Neuquén al momento de la premiación. Había sido una muy buena temporada para el Decano en la primera edición de la Liga Patagónica, que también mostraba un balance más que positivo. Un torneo con una propuesta muy interesante que lamentablemente no pudo seguir, mayormente por cuestiones económicas (seguramente será motivo de otra historia).

“Súper orgulloso de lo que hicimos. Esa fue la semilla que le dio a Pacífico las ganas de volver a hacer algo en el básquet nacional. 15 años pasaron, es una caricia al alma”, afirmó Jankowski.

Guzmán la rompió en el partido por el 5º puesto.

“Recuerdos lindos me quedaron de eso. Lo primero que destaco es que Pacífico ahí era una familia. Tirábamos todos para el mismo lado. Llegaron el Sopa, Maxi Maneiro y Guzmán, el resto eran todos del club. Los dirigentes, los jugadores, estábamos todos enfocados en un mismo proyecto. Nuestro objetivo no era salir campeones, obviamente que uno va a buscar el título pero sabíamos que era difícil. Éramos un grupo muy unido en torno a un proyecto del club, rescatábamos mucho el esfuerzo de los dirigentes para que no nos falte nada”, cuenta Alonso. Esa Liga Patagónica del 2005 es un lindo recuerdo que aun perdura en el Viejo Ramírez de la capital neuquina.

 

 

 

 

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