100 días de cuarentena, muchos formularios, poca plata y un cambio hacia la Reconstrucción Deportiva

Por Cristian Helou

“Dame un zoom…luz, cámara y acción”, reza la canción de Soda grabada de 1995. Las luces se encendieron, las cámaras también y hubo zoom por todos los rincones. Ahora, de acción (y plata), poco y nada. La cuarentena lleva 100 días y en los clubes neuquinos reina la incertidumbre. Promesas incumplidas, socios que dejaron de pagar la cuota y números en rojo arman un combo letal, que será difícil revertir.

Ideas y planes hay, pero los tiempos son complicados. Los dirigentes llenaron planillas por doquier para poder acceder a los aportes de Nación y Provincia, aunque está claro (y es lógico) que el deporte está postergado. Ocurre en tiempos normales y se nota aún cuando hay crisis. Es un laberinto sin salida, el reclamo pasa por la inacción y la insistencia en hablar de una Revolución Deportiva que a esta altura ya debería cambiar la denominación. Al menos hasta que se acomoden los tantos.

Hoy por hoy no hay un peso para el deporte. La demostración está en los seis equipos de básquet que siguen sin recibir los aportes de Provincia. En algunos casos cobraron una cuota de nueve. Y la mayoría agoniza.

Fueron 8 los millones prometidos para Petrolero y Centro Español, de Liga Argentina, y 5 para los “federales” Independiente, Pacífico, Centenario y Pérfora. Un total de 36 millones de pesos.

Se puede debatir largo y tendido si es un gasto justificado. Lo que se puede cuestionar, en todo caso, es la facilidad con la que otras actividades acceden a los aportes. Antes de la fecha del TC en diciembre de 2019, por ejemplo, se le bajaron más de 22 millones a la Asociación Deportiva Centenario Competición. Es decir, todo de golpe para una actividad efímera, de cuatro días; y demasiado vueltera para proyectos hechos en casa, que duran una temporada.

Lejos de los millones y atrapados en una incertidumbre extrema, los clubes atraviesan la cuarentena como pueden. Varios sufrieron robos (Maronese, Centenario, Eucalipto, la Federación de Patín….), los que zafaron la llevan al límite y también hay poco de agua en el desierto. Es el caso del Club Confluencia, que lanzó una campaña de socios y en pocos días consiguió llenar 100 renglones de la planilla. Podrán hablar de una cuota muy austera (200 pesos), pero es el camino a seguir. Captar gente y nutrirse con ingresos propios y genuinos es la mejor manera de subsistir.

Este parate no fue un impedimento para clubes que siguieron firmes con sus obras. Maro en el oeste capitalino, Cente en su Gigante del barrio Sarmiento, el mencionado Confluencia y Atlético, por citar ejemplos, mostraron avances.

Y en Alianza arrancaron los movimientos de tierra para tener la cancha 2, de sintético, al lado del majestuosos verde césped natural del Coloso del barrio Ruca Quimey. Está claro que este plan “artificial” seguirá como una especie de caballito de batalla del gobierno provincial. Caso por caso, es un tema de diván. A algunos les cambió la vida, es cierto, pero en otros predios no parece una prioridad. Y el de Alianza está más cerca de esta última opción.

La Revolución Deportiva sigue en pie pero a veces descarrila y transita varios metros por la banquina. Con una pandemia que modificó todas las estructuras y que dejará muchos interrogantes a futuro, sería bueno un plan intermedio. Algo así como una Reconstrucción Deportiva. Si las cosas van mal, si no se pueden cumplir las promesas, es preferible meter freno de mano, modificar los planes y reconstruir para apostar a una verdadera revolución.

 

 

 

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