1×1, los ocho misiles de Súper Mario

Sepúlveda en su hábitat. De local o de visitante, mantiene su mano caliente y es el líder del Torito. (Archivo Matías Subat)

MANO DE SEDA

Todavía se mueven las redes en el gimnasio de Río Colorado. Mario Sepúlveda metió un capítulo inolvidable en la increíble levantada de Centro Español sobre Unión (95-94, luego de perder por 21) y sus ocho triples se clavaron como dagas en un rival que hizo un gran partido, pero terminó con las manos vacías.

En su temporada despedida y a los 45 (26-08-1977), el Señor de los Ascensos no sólo cumple con el objetivo de marchar activo. Marca diferencias, mantiene seda en su mano y aparece cuando su equipo lo necesita. En la ciudad rionegrina lo dejó muy en claro, con bombas en momentos claves del partido. En su Templo o afuera, al 8 no le tiembla el pulso. Fue una noche soñada y por eso amerita un 1×1 que el Torito aprovechó al máximo: para mantener con vida al equipo, para sostenerlo, para empatarlo y para ponerle el autógrafo final.

Buenas noches. Arrancar derecho siempre es una buena señal y Mario clavó el primer triple al minuto y medio de partido, para pasar al frente 5-3.

Tiró el achique. El local era superior y se escapaba en el marcador, con variantes en ofensiva y altos porcentajes. Apareció el 8 y le dio vida al Torito, que se puso a 3 (21-18)

Esto se complica (video). La diferencia había superado los 20 y estaba todo a pedir de Unión. En el arranque del tercero, bomba de Sepúlveda y a soñar: 56-42.

La vamos a pelear. Al promediar el parcial, la brecha volvió a rondar en los 20. Español no encontraba soluciones y Mario dijo “acá estamos”: 71-55

Cerca del dígito. Faltaban 2:44 para el cierre del tercero y era un buen momento para meterse en partido. Quinto triple de la noche para Sepúlveda para ratificar la levantada y quedar a tiro para la recta final: 73-62.

Ya lo tenemos. A poco más de un minuto para el último descanso largo, llegó un lanzamiento clave. Todo red de Mario, el tablero 75-70 y, el cierre, una moneda al aire. Ni más ni menos que lo que pensó Español cuando estaba contra las cuerdas.

Te lo empato. El partido era un atado de nervios. Unión, descolocado, por tantas posibilidades desaprovechadas y sin resolver la marca al 8. Un minuto del último parcial, séptimo triple del Señor de los Ascensos y el duelo empatado en 78.

Broche de oro. El milagro ya era posible, pero faltaba el toque final. Y lo dio Mario, con la octava maravilla de la noche. Unión apostó todo a un tiempo extra, pero no. Llegó la última puñalada, el electrónico marcó 92-95 y a otra historia.

Flashback (18-02-2022 vs. Petrolero, en El Templo, LFB)

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