Anoten este nombre: Lucía Monje

La patinadora de Alta Barda ya sabe lo que es la pilcha de la selección.

Por Cristian Helou

Lucía Monje está en el equipo de fondo para cumplir con una formalidad. La realidad es que atraviesa un momento brillante y gana todo lo que corre, pero a la vez apuesta por la calma. Sabe que se viene una exigencia mayor en el Sudamericano sobre Ruedas de San Juan y le apunta con todo a su primer gran desafío con la selección Argentina de prejuveniles. Nació en Senillosa, tiene 14 años, hace tres temporadas viste los colores de Alta Barda y es otra de las patinadoras neuquinas que se las trae.

“Estoy re contenta, soy bastante chica y tener esta posibilidad es increíble. Hay que dar el máximo y llegar de la mejor manera al torneo”, afirmó luego de la primera práctica semanal con la los preseleccionados en la pista de la Ciudad Deportiva.

Luego de seis años en la escuelita de Senillosa, Lucía se sumó al club del alto neuquino.

“Ganó todo lo que corrió”, es una respuesta habitual cada vez que hay una consulta sobre Lucía. Figura los títulos del Nacional de Clubes y el Argentino de Federaciones, marca la diferencia tanto en carreras cortas como las de largo aliento.

“En el evaluativo gané todas las distancias, pero me gustan más las de fondo. Me va bien en las dos”, largó. De cara al certamen continental, comentó que “Marina (Baca Cau, entrenadora del club y de la selección) me lleva como fondista, pero creo que puedo correr alguna de velocidad. Veremos”.

Dentro del gran trabajo de equipo que hay en Alta Barda son un clásico las sociedades, que en el caso de las competencias de fondo son vitales. Ocurre con Benja Gader y Caetano Martorella en juveniles y con los Joaquines, Campos y Rioseco, en pre. Lucía también tiene su ladera: Lourdes Valle.

“Con Lourdes nos va muy bien en fondo y somos muy parejas, pero además es mi amiga. Y obviamente que es una ventaja correr con una compañera así”, graficó Monje.

Se puso los patines a los 6 años y luego de varias temporadas en la Escuelita Municipal de Senillosa, se incorporó a las filas de Alta Barda. “No me costó adaptarme. Por supuesto que los entrenamientos son más exigentes, hay doble turno, pero siempre lo llevé muy bien”, contó.

En velocidad o en fondo, Monje siempre da pelea.

Su pasión por el patín no tiene límites. Viaja desde Senillosa, a veces le mete triple turno y en el medio la escuela: “Me llevan todos los días, hay otras chicas que también viajan, así que nos ponemos de acuerdo. Y los estudios van muy bien”.

Ya se vistió de celeste y blanco porque estuvo en la concentración de 2019. Se acomodó a los tiempos de pandemia, entreno duro y tiene su lugar entre las mejores del país. Anoten este nombre: Lucía Monje, la que gana todo, pero cumple con la formalidad de ser fondista. Seguramente va a andar a fondo en San Juan, con sueños de un podio continental.

 

 

 

 

 

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