Las horas de Masini en tiempos de coronavirus

Gerardo y el solitario entrenamiento en Avezzano.

Por Cristian Helou

Gerardo Masini es de Cipolletti, le dio una vuelta gigante al fútbol y con 37 años atraviesa una situación impensada en su carrera. Instalado en Avezzano, donde defiende los colores del club que está en la cuarta división de Italia, vive de cerca las dificultades que ha generado el coronavirus. Justo cuando maquinaba su retorno a Argentina, se encontró con una insólita despedida.

“Estoy en el medio de Italia, a una hora de Roma y del Mediterráneo, pero por suerte es una zona tranquila. El lío mayor está en el norte, en Lombardía. Acá es más preventivo porque no hay casos, pero la actividad de la ciudad es casi nula. Estamos todo el tiempo en casa”, relató Gerardo, quien armó sus valijas en 2003 y lleva una vida en Europa (también jugó en España).

El cuerpo técnico de Avezzano les dio una rutina de entrenamiento a los jugadores y no queda otra que hacerla en de manera solitaria. “Acá sólo quedaron dos compañeros, porque la mayoría se fue a sus ciudades. Salís a caminar y es muy bizarro todo. Para ir al supermercado hay que turnarse, entra una determinada cantidad de personas y tenés que mantener una cierta distancia”, contó Masini.

“Sólo podés salir de tu casa por necesidad, a hacer las compras, a la farmacia o a los lugares donde vendan artículos de primera necesidad. Están casi todos los negocios cerrados”, agregó.

En 2019, la determinación de los Masini era volver a Argentina. Sin embargo aparecieron ofertas y Gerardo fue por la última aventura en el Viejo Continente. “Lo tenía decidido, pero vimos las dificultades que había en el país y optamos por quedarnos una temporada más. Tengo a Stefano de 6 y Victoria de 3 y la idea era cumplir el contrato que se termina en mayo. Ahora cambia todo el panorama y tenemos que esperar, como mínimo, hasta el 3 de abril”, afirmó.

Para cerrar este círculo de dificultades, justo en el momento en que Italia quedó aislada por el coronavirus, la familia de Gerardo estaba en Avezzano. “En estos momentos están viajando a Neuquén. Creo que es el último vuelo que salió para Argentina. Por suerte estuvieron siempre acá, que no es una zona complicada, y cuando lleguen tendrán que hacer la cuarentena”, cerró.

Dejó el Albinegro en 2002, probó suerte en Independiente de Avellaneda, voló a Europa para jugar en Penne y Lauretum, volvió a Cipo (2006) y después decidió armar su carrera allá. Pasó por el Salernitana, Cassino, Potenza, le metió un toque español con UD Alzira y Zamora, pero Italia es el país de su carrera porque entre 2011 y 2020 pasó por Ischia, Martina Franca, Rimini, Francavilla….y la lista sigue. Recaló en Avezzano y antes de pegar la vuelta, vivió (y vive) las dificultades de un país bloqueado por el Covid-19.

 

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