Su hija quería jugar y le dio el gusto: así nació Juventud de Junín

El equipo que nació dos veces: en 2008 y en 2014. Es una referencia de la zona sur y metió doblete en el torneo Clausura (2018 y 2019),

Por Carolina Magnalardo

Juventud femenino, el equipo de fútbol de Junín de los Andes, transita su segunda etapa con más fuerza que nunca. El proyecto deportivo nació en 2008 cuando el conjunto donde jugaba Julia, la hija del actual entrenador Benedicto Figueroa, estaba por disolverse.

Julia iba a quedarse sin practicar el deporte que tanto amaba y le pidió a su papá, que siempre la acompañaba a la cancha y la apoyaba en su deseo de ser futbolista, que armara un nuevo equipo y fuera el DT.

“Se llama Juventud femenino en honor al club de la familia del entrenador donde jugó desde pequeño con sus hermanos y primos. Benedicto fue buscando jugadoras pidiendo permiso a nuestros padres porque éramos todas menores de entre doce y quince años”, cuenta Tamara Arriagada, referente del equipo.

Eran trece jugadoras en ese primer torneo local que contó con ocho participantes. “Éramos el equipo más joven. Comenzamos con el pie derecho y salimos campeonas seis veces consecutivas”, relata Tamara (foto). Sin embargo, en 2014 afrontaron un duro golpe. El DT renunció tras la partida de varias jugadoras por distintas circunstancias: maternidad, estudios fuera de la ciudad y desgaste de la relación como grupo.

La vuelta se hizo esperar pero finalmente se dio en 2018. Varias jugadoras que habían estado al inicio en el 2008 y se encontraban en otros equipos, eligieron regresar. También se sumaron futbolistas de San Martín de los Andes y otras mujeres que nunca habían practicado este deporte.

Así comenzó este nuevo ciclo en la liga local que cuenta con diez representantes de Junín, dos de San Martín y uno de Las Coloradas. Juventud se consagró campeón de los torneos locales Clausura 2018 y 2019 y en los Apertura se mantuvo en tercer y segundo puesto, respectivamente. También se llevó varios premios a la máxima goleadora y la valla menos vencida.

El cuerpo técnico lo completan Ceferino Roca como ayudante de campo, y Daniel Rivera, como preparador físico. La mayoría trabaja o estudia pero cuando está en competencia entrena todos los días. En invierno los domingos entrenan en el gimnasio de una escuela. Para afrontar la compra de materiales de entrenamiento, indumentaria, pago de torneo y seguros, organizan ventas de empanadas y rifas.

Dos de las jugadoras destacadas del plantel son Gisel Jofre y Julia Figueroa. Gisel es el cerebro del equipo y hace unos años tuvo un paso por Boca pero regresó a Junín. Como le ocurre a la mayoría de las que llegan a Buenos Aires, los elevados costos para su permanencia son afrontados por su familia y esto se vuelve insostenible. Por su parte, Julia es la goleadora del equipo y se destaca por su velocidad y efectividad. Ambas compitieron en torneos en Chile y en San Martín de los Andes y sus compañeras aseguran que “juntas son dinamita”.

Este año solo se jugaron la primera fecha. En marzo participaron del primer campeonato interligas de zona sur, organizado por la liga Quetrihué de Villa La Angostura. Volvieron con las manos llenas de premios: campeonas, goleadora y valla menos vencida. Mientras esperan volver a las canchas, proyectan seguir creciendo como equipo y sumar experiencias en torneos fuera de Junín de los Andes.

 

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