Víctor Serna: “Si la cosa no cambia, van a quedar cuatro equipos”

"Compartí grandes momentos con Lamas, Magnano (foto) y Tolcachier", dijo el DT. Instalado en San Martín, reclama por el básquet del interior.

 

La misión de Federación de Básquetbol del Neuquén para lo que viene es incrementar el número de clubes y potenciar el interior. Pensarlo parece fácil pero el camino para llevarlo a cabo es sinuoso. Para ratificarlo, Víctor Serna, el entrenador de Zorros, graficó una situación difícil de revertir.

Serna es un hombre de básquet, fue integrante del cuerpo médico de la Generación Dorada y está al frente del proyecto deportivo del equipo de San Martín de los Andes. Conoce las dificultades de esa distancia que complica al interior y en un mano a mano con Se respira básquet (750 Neuquén) dejó sensaciones y conclusiones.

“Nosotros estamos como en una isla. Yo soy el entrenador y no me meto en las cuestiones políticas. La realidad es que no estamos empapados con los temas. En todo el tiempo que llevo acá, la Federación no ha tenido participación directa. Creo que hay excelentes seres humanos, pero que no siempre han tomado decisiones correctas”, arrancó y cerró la idea: “Entendemos que para muchos clubes el básquet de Neuquén tendría que cerrarse en Plottier, porque lo vemos de esa manera. En los procesos de selecciones los entrenadores son todos de ahí”.

Sin filtros, Serna comentó que “cuesta un poco creer en la palabra del dirigente y por eso fue muy difícil llegar a tomar una postura. Había una confusión muy grande. El voto de Zorros se decidió a último momento (fue uno de los ocho que recibió Sergio Gatti para ganar) y creo que se dio por una cuestión estratégica”.

Insistió en que la FNB “tiene muy poca participación acá, salvo que se necesite algún voto o se tenga que pagar una cuota. Es una federación chiquita, somos diez clubes y si se sigue con estos cinco o seis equipos cada vez va a ser más difícil. Yo estuve en Córdoba y tienen no sé cuántas asociaciones y acá somos tres gatos locos, se va a bajar Auca, también Zapala…”

Las distancias, sin dudas, son claves para que se de esta situación compleja para los del interior. “Acá los clubes presionan para no viajar a San Martín y nosotros viajamos cada quince días. Y eso que no tenemos cancha, no tenemos historia…Si la cosa no cambia, van a quedar cuatro equipos”, largó.

Y siguió: “No queremos que nos regalen nada, pero hay veces que necesitas una gestión como para ver si podemos evolucionar, no sólo nosotros, sino todo el interior. La realidad es que hoy por hoy, arman una selección y lo eligen todo ahí, entre los clubes de Neuquén. Jugadores y técnicos”.

El DT trabaja con 120 jugadores en San Martín de los Andes.

Mientras prepara la vuelta de los entrenamientos con todas las divisiones, Serna contó cómo fueron estos meses en pandemia. “Me agarró en España y volvió al país en el primer vuelo. Lo más difícil fueron los primeros dos meses e hicimos un desgaste con el zoom. Después no le veía mucho sentido y por suerte empezamos pronto a entrenar. Comparado con otros lugares del país, creo que se pudo vivir de manera más relajada”, afirmó.

“Cumplimos muy bien los protocolos hasta hace unos 20 días, que hubo un rebrote y cortamos la actividad, porque habíamos tenido un caso en un jugador y la familia. Por suerte no hubo más contagios y ahora estamos por volver. Tenemos más de 120 chicos listos para retornar.  Seguramente será el viernes”, relató.

Momento dorado

El capítulo selección no podía quedar al margen y Serna lo contó desde el minuto cero. “Uno tiene que estar preparado porque el tren pasa una sola vez. Y se me dio un cóctel perfecto. Dirijo básquet desde los 13 años, en Marcos Juárez, y cuando terminé la secundaria me fui a estudiar educación física a Buenos Aires. También hice kinesiología. Yo quería saber cómo era el primer contacto con la pelota de un chico de Estados Unidos hasta ser jugador NBA. Presenté un proyecto, me lo aprobaron y recorrí todo Estados Unidos”.

De vuelta en el país y a punto de ser kinesiólogo, llegó un momento clave. “Tuve la suerte o la desgracia de fracturarme el dedo de un pie y en la rehabilitación, me ofrecieron ir a trabajar a un centro. Ahí venían jugadores profesionales y eso me ayudó a entrar de lleno. Una noche estaba en mi casa, aburrido y a eso de las 12 de la noche sonó el teléfono”, relató.

Oberto, de visita en la ciudad cordillerana.
Víctor con Chapu, Manu y Leo Gutiérrez. Atrás, Sconocchini.

“Era Víctor Daitch, scout de San Antonio Spurs, que era asistente de Lamas y me dice: ‘Julio quiere que seas el kinesiólogo de la selección’. Yo no le creí, le corté el teléfono y me llamó Lamas. Me dijo ‘mañana a las 6 de la tarde tenés que estar en Ezeiza’, porque nos vamos al Caribe. Y allá fui”.

Una vez adentro, vivió “cinco años increíbles, con todos los seleccionados. Profesionalmente fue mi mejor experiencia porque compartí todo ese tiempo con Lamas, Rubén Magnano o Enrique Tolcachier, en un momento en que se estaba armando la Generación Dorada. Fue un poco de todo: tener preparación, suerte y aprovechar el momento justo”.

Ese lustro lo marcó a fuego y hoy, Sergio tiene una gran amistad con varios protagonistas de la Generación Dorada. “Casualmente Ale Montecchia anda por acá y está por venir el Chapu Nocioni. Con ellos tengo una vinculación previa a la NBA, a la Generación Dorada. El kinesiólogo tiene una relación muy cercana a los jugadores y si entrás en confianza, salen grandes relaciones”, cerró.

 

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