Ayen Hue, donde el fútbol se convierte en un espacio de alegría

El equipo de Villa La Angostura tiene dos años y participa en la liga de Quetrihue.

Por Carolina Magnalardo

Hace dos años se formó el club de fútbol femenino Ayen Hue, de Villa La Angostura. “Somos pioneros en darle el espacio a las jóvenes desde los once años”, dice orgullosa Natalia Antiago, jugadora de la institución.

Ayen Hue significa lugar de alegría y eso es lo que sienten las chicas cuando salen a la cancha a defender la camiseta. “Lo mejor que vivimos fue el tercer puesto conseguido en la liga pasada. La goleadora del torneo fue mi hija, Maia Antiago; la revelación fue nuestra arquera, Soledad Collihual; y hubo premio para nuestro DT que es un joven al que le dimos la oportunidad y la supo aprovechar. Al finalizar comimos un buen asado para festejar nuestro crecimiento como equipo”, detalla a Aguante Neuquén.

Si bien el equipo tiene dos años, antes el plantel jugó en el Club Angostura. Entrenan todo el año en cancha de 11 y futsal (bajo las órdenes de los entrenadores Santiago Rolando y Brian Carrizo) y participan de la liga Quetrihue (significa donde hay arrayán). Compitieron en torneos de fútbol 11 y futsal en Purranque (Chile) y en Bariloche, y antes de la cuarentena tenían previsto viajar a Córdoba para ser parte del Master Fem Cup en Villa Carlos Paz.

Antiago, además de jugar, se desempeña como secretaria de la liga Quetrihue de fútbol 11 que cuenta con siete equipos de aproximadamente 20 jugadoras cada uno. Este año se comenzó a trabajar en la conformación del seleccionado de Villa La Angostura con todas las jugadoras que son parte del torneo. Esos mismos conjuntos también juegan futsal, disciplina que en total cuenta con alrededor de ciento ochenta jugadoras.

Natalia Antiago es jugadora del club y secretaría de la Liga Quetrihue. “Es poco el aporte municipal. La mayoría de los elementos deportivos los obtenemos con el esfuerzo propio”, afirmó.

 

“En la región sur de la provincia el desarrollo de la actividad está bien plantado y afianzado en ciudades como Junín de los andes, San Martín de los Andes, Villa Traful, Villa La Angostura”, considera Natalia que apuesta al compromiso de las jóvenes para que el fútbol femenino siga creciendo.

“Es poco el aporte municipal. La mayoría de los elementos deportivos los obtenemos con el esfuerzo propio. Falta apoyo para las jugadoras, ponerles más atención principalmente a las jóvenes con talento porque si no, siempre es lo mismo: nadie las ve y cuando llegan a un equipo importante les falta una dieta balanceada y el rendimiento físico no es ni la cuarta parte que necesitan. Hay que incorporar la disciplina y constancia para que ellas entiendan que eso que les gusta tanto hacer les puede dar su fruto si cuidan de sí mismas y se ponen como meta lograrlo”.

“Como grupo se viven muchos malos y buenos momentos. Con mi equipo, mis princesas, porque eso son mis campeonas chiquitas, hemos pasado alegrías y tristezas. Somos más que nada una familia, todas estamos para todas, porque hay muchas historias fuertes detrás de cada jugadora”, dice Natalia que comenzó a jugar al fútbol a los catorce años al incorporarse al equipo Mallín.

Para lo que resta del año, cuando se retome la actividad, Natalia proyecta el crecimiento y desarrollo del equipo así como también “seguir acompañando a mis jugadoras jóvenes para que alguna algún día lleguen a ser profesional”.

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