De Mario a Seba

Por Javier Marcucci

Metió el parietal y la pelota viajó al ángulo. Y ese gol, al fin, resultó nada menos que el soñado ascenso de Deportivo Madryn a la segunda categoría del fútbol argentino. ¿Quién lo hizo? Para nosotros, lifuneros que vimos crecer al pichón, fue inconfundible. Seba, Seba Jeldres, de una…Gritamos por él, sin dudas, aunque está grandote el pibe, corriendo feliz tras la obra, a torso desnudo, revoleando la camiseta como bandera en gloria. Un poco estábamos ahí, era en la tele, pero estábamos ahí, era el nuestro. Era el pibe goleador que se hizo goleador al lado de otro fenomenal artillero: Mario el Obelisco Barros, recordado y genio.

Recuerdo que Sebita lloró mucho la ausencia, la partida inesperada del amigo. Y le dedicó goles y campeonatos al Obelisco de Parque. Ayer, él, el pibe que tomó aquella herencia de goles en el oeste neuquino haciendo que el Dino extrañara menos al enorme Mario, le colocó alas de oro a su trayectoria. Y dijo con mirada mojada de emoción, que luchó, que sufrió la lejanía de corazones queridos, pero la fortaleza se hizo festejo.

Y ese instante imborrable del partido. El momento culmine del goleador para transformar los acontecimiento en recuerdo histórico. Vino en centro, y el gol creció desde su cabeza hasta la red. Corrió loco de fútbol y felicidad, con una sonrisa blanca, también muy parecida a la de Mario en la foto de tantos goles. Lo abrazaron todos, lo ciñeron en fiesta. Atrevidamente, pensé que  también su amigo, el Obelisco de Parque andaba por ahí y, aprovechando el desenfreno, le daba un abrazo de alma, con festejo de cielo, si era tanta la alegría…Uno, creyente,  piensa que los que se van antes siempre andan cerca de los afectos. Era ascenso y, como aquel que Mario le dio al Dino en Bariloche, también Seba Jeldres ya es memoria sagrada en el aurinegro de la ciudad portuaria. Cosa de goleadores y con esencia lifunera, agregamos con orgullo de cercanía. Es decir, de Mario y Seba.