El deporte neuquino, sin revolución, demasiado araucano y muy sintético

Las canchas de césped sintético, una movida sin pausas que merece ser revisada. (Archivo/upefe.gob.ar)

Por Cristian Helou

Con la creación del ministerio de Deportes, anunciada con bombos y platillos cuando arrancó la segunda gestión de Omar Gutiérrez al frente de la provincia, se imponía un cambio rotundo, mayor prolijidad, diferentes objetivos, todo en pos de un crecimiento que tarda en llegar. Esa Revolución Deportiva que se prometió quedó a mitad de camino y, de hecho, el hashtag ya no se usa cuando informan sobre una obra o ante un evento de relevancia. Ahora es #OrgulloNeuquino o #MasDeporte o #NeuquénDeportes.

Hay dos caballitos de batalla que el deporte neuquino siempre tiene en gateras. Ambos suenan excesivos y por lo general sirven para tapar inacciones: los Juegos de la Araucanía –más su desprendimiento Epade-y las canchas de césped sintético, multiplicadas a más no poder. Una, competitiva. La otra, de infraestructura. Pilares fundamentales, que deberían tener otras aristas. Mayor variedad y también mejor reparto.

En esa búsqueda de acciones ejemplificadoras, el último mes dejó dos concretas: Guadalupe Soto, basquetbolista de las entrañas del deporte comunitario y con mil batallas en la Araucanía, encontró su primera chance profesional y marchó al Yale de Uruguay para jugar la Liga Nacional. La oportunidad, sin dudas, llego por el nivel mostrado en Biguá, que participó del Torneo Federal. Dos partidos le bastaron para que los representantes se interesen en sus servicios y la gran jugadora de Gregorio Álvarez cruce el charco.

Dos partidos en un torneo de renombre le bastaron a Soto para mostrar su nivel y dar e, salto. (Archivo Matías Subat)

Esta situación no hace más que ratificar que la competencia hay que buscarla por otro lado. No alcanza con ese torneo sectorizado, que además se lleva un presupuesto desmedido, genera polémicas con los armados de los cuerpos técnicos y encima, entrega resultados dispares.

Sin la posibilidad de hacer los juegos junto a las regiones de Chile por la situación sanitaria, surgió la idea de armar una competencia sólo nacional, que se repartirá en varias sedes patagónicas. Insumirá gastos y encima ya hay una torneo similar: los Epade, que se disputarán prácticamente juntos.

Es buena la intención de sostener y, en tiempos de pandemia, reactivar la actividad, pero los caminos deberían ir por otro lado. Buscar un nivel superior, intercambio con potencias a nivel nacional y, claro está, fortalecer lo interno, con una participación más activa del interior de la provincia, muchas veces descuidado.

Va una muestra relacionada con el básquet: cuatro nombres genuinos, bien de Neuquén, se vistieron de celeste y blanco: Manu Rodríguez (Mundial U19), Gianella Espedale, Drazen Sinigoj y Juan Peral (los tres clasificados al Mundial 2022). Todos tienen su capítulo Araucanía, pero el reconocimiento llegó por otro lado, porque Rodríguez juega en Boca, Sinigoj y Peral sumaron minutos en el Federal y Espedale, primero brilló en el nacional de clubes con Español y después la rompió con Independiente en el Federal. Tuvieron otro roce. Y llegaron.

Con el tema “sintético” también surgieron situaciones a revisar en los últimos días. Con un puñado de horas diferencia, el municipio anunció la obra de una cancha de fútbol 8 en el Poli de Gregorio Álvarez y el ministerio informó sobre el avance de la cancha de 11 en el camping Nepén Hué para el club Los Canales.

En el caso del predio capitalino significará un cambio notorio y seguramente necesario para un sector muy poblado que requiere de esos espacios. Pero en Plottier, se colocará una porción de plástico a pocos metros del río Limay, en un lugar donde se podría apostar a un proyecto más ambicioso, con césped natural. De hecho, esa cancha supo tener un suelo apto. Sin dudas es más fácil esperar el turno, que llegue el manto verde y que después de cortar las cintas se anuncien 10, 20, 35 más en todo el territorio provincial. El que tenga más contactos, correrá con ventaja. Nada nuevo.

Antes de cumplir el año con el rótulo de Ministerio, apareció la pandemia y, se sabe, temblaron todas las estructuras. Y el deporte volvió a ser el último orejón del tarro. Pasó a la historia Gigantes del Sur –ahora dicen que hay un plan retorno-, la provincia se quedó sin representantes en la Liga Argentina de básquet (Español y Petro, out), el TC dividió aguas pero finalmente no volvió a Centenario. Y los clubes resistieron como pudieron, a la espera de una colaboración que llegó en cuentagotas (si es que llegó). Tal vez por todo esto, la Revolución Deportiva pasó a retiro y Neuquén sigue perdido en el mapa nacional.

En medio de la pandemia, Neuquén perdió protagonismo a nivel nacional. Gigantes dejó la Liga.

Hay material para soñar, pero decididamente se deben cambiar los enfoques, tanto en infraestructura como en calidad competitiva. Pensar en ser potencia es utópico, pero se puede trascender lejos de las grandes capitales. Y el ejemplo en los últimos tiempos se llama San Juan, que tomo prestada esa Revolución y la llevó a cabo. Tres fechas de TC, tres equipos en la Liga de Vóley, fútbol en la Primera Nacional y el Federal A, el ciclismo mas fuerte del país. Y el básquet que era mirado de reojo, metió un impacto con el ascenso de Jachal a la Liga Argentina. Seguramente hay otros presupuestos, pero también más ideas, una mejor distribución y difusión, mucha difusión. Todo, sin la necesidad de ser Ministerio y bajo la denominación de Secretaría de Estado de Deportes.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here