Diego, la nota que no fue

Jorge Cyterszpiler y Diego, inseparables en los primeros años de la carrera del 10.

Por Nestor Mathus

Siempre evité la nota autorreferencial y por lo tanto usar la primera persona, pero para contar la anécdota resulta imposible eludirlo. Y claro, el personaje en cuestión, Diego Armando Maradona, quien hace unas horas acaba de fichar en el equipo de los eternos, lo justifica.

Aún cuando en ese momento tuvo una fuerte cuota de frustración personal en el plano laboral, aquel reportaje que le hicimos con Pablo Rodríguez a Diego y después no pudimos sacar al aire por un error mío, porque no le di volumen al grabador y por lo tanto no registró las voces, nunca lo tuve como un mal recuerdo.

El grabador era un ya en esa época vetusto Winco, diseñado más para escuchar música y no para labores periodísticas, que me prestó para la ocasión el amigo David Bussetti. No lo usaba, lo bajó de arriba del ropero y lo desempolvó para facilitármelo. Pero andaba perfecto.

Pablo, ya periodista afianzado, tenía un programa en LV 8 Radio Libertador, en Mendoza capital, que se llama “Siguiendo la primera B”, porque giraba centralmente en la cobertura de la segunda división de la Liga Mendocina de Fútbol. Pero también se abordaban todas las otras disciplinas deportivas. Iba los domingos alrededor de las 22 y se nutría de las crónicas de los colegas que, como todos los que integrábamos el equipo, trabajábamos en el ya desaparecido diario Mendoza.

Néstor y un anecdotario de 10.

El domingo 21 de septiembre de 1980 San Martín, de recordadas campañas en torneos nacionales, recibió en su cancha del este provincial a Argentinos Juniors por una fecha del Nacional. El estadio estuvo colmado, al “Bichito” lo dirigía Miguel Angel López, el “Zurdo”, con títulos en Ríver e Independiente –a quien también le hicimos un reportaje y de él sí se pudo rescatar algún tramo- y jugaban entre otros Silvano Espínola –uno de los goleadores del torneo-, Carlos “Goma” Vidal, Adrián Domenech, Eduardo Solari, Pedro Pablo Pasculli, quien en el Mundial 86 hizo el gol del triunfo ante Uruguay.

El partido terminó 1-1 y Maradona sólo tuvo chispazos, pero uno fue un remate que devolvió el travesaño y otro fue llevarse las marcas y dejar solo a Pasculli para marcar el gol. Maradona no salió a dar notas y los periodistas gráficos y radiales se fueron. Con Pablo insistimos y pedimos hablar con Diego. Después de un largo rato se abrió la puerta del vestuario. “¿Quién quiere hablar conmigo…?”, dijo asomándose con cara de vendedor de notas Jorge Cyterszpiler, primer representante de “Pelusa”.

Pasó otro largo rato, hasta que se volvió a abrir la puerta, no dudé y entré. Pablo me siguió. “¿Dónde está Maradona?”, pregunté. “Lo tenés a tu lado”, me dijo un jugador.

Sin ningún problema Diego habló con nosotros. Recuerdo que, como lo hizo a lo largo de su carrera, habló bien de sus compañeros cuando le preguntamos si no faltaba que lo rodearan de mejores interlocutores. Siempre se dijo que ese equipo era Diego y otros diez, pero no era tan así teniendo en cuenta los nombres mencionados.

Con la nota que habíamos ido a buscar “por si acaso” bajo el brazo, ganadores, encaramos el regreso en el Renault 4 de Pablo. Horas después, la decepción ya contada.

Cuatro días antes Maradona había jugado en el estadio Malvinas Argentinas, a la noche, un amistoso con el seleccionado frente a Chile. Partidazo. Salió 2 a 2. Daniel Valencia y Ramón Díaz convirtieron para Argentina y Osvaldo Vargas y Sandrino Castec para los trasandinos. Me gustó la solidez del capitán de Chile, Elías Figueroa.

El restante partido que vi a Maradona fue un amistoso de Gimnasia y Esgrima de Mendoza, reforzado con jugadores de otros equipos locales, frente a Argentinos en el Malvinas Argentinas. Fue figura, por su juego y porque volvió loco al árbitro, de Mendoza, Rafael Bogdanowsky, protestándole cada acción. Tanto que sobre el final lo expulsó.

La última vez que estuve cerca de Maradona fue en los Juegos Deportivos Panamericanos de Mar del Plata, en el 94, tarea que compartí con Alfredo Celani para diario “Río Negro”. Digo cerca porque habló en el ingreso al estadio y la gente lo rodeó mientras caminaba.

Con su estilo criticó a los organizadores porque no lo habían invitado y en cambio sí lo habían hecho con Pelé. “El negrito ese, que jugaba con la 10 de Brasil”, dijo en tono irónico Maradona, sin nombrar al astro brasileño.

El ojo de lince del “Zorro”

El Zorro, el Beby y la redacción.

Dicen que de los felinos quien se distingue por su agudeza visual es el lince. El gol que Maradona le hizo con la mano a los ingleses en el Mundial 86 me trae el recuerdo del reportero gráfico Néstor “Zorro” Pulozzi, compañero de trabajo en “Río Negro”, fallecido años atrás.

Néstor demostró su capacidad visual en esa histórica jugada, porque mirando en el diario el partido, entre otros con “Beby” Salto, espontáneamente saltó de la silla –literalmente- y gritó: “¡Lo hizo con la mano…!”.

Y había visto bien. En mi caso, reconozco que recién años después, merced a registros fotográficos y con imágenes televisivas pausadas, observé que efectivamente fue “la mano del Dios” argentino.

Gracias Diego, descansa en paz.

Nota: la precisión de datos y fechas fueron tomadas de las ediciones digitales de ayer de los diarios Los Andes y El Sol, de Mendoza.

 

 

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