El básquet, el cóctel y la búsqueda del revulsivo

Que sea todo red. Basta de enredos.

Por Cristian Helou

Al mismo tiempo que los dirigentes levantaban la mano y decretaban cómodo ganador a Sergio Gatti en las elecciones de la Federación de Básquetbol del Neuquén, desde San Pablo llegaba el enésimo reclamo de Rod Goncalvez, vía WhatsApp, y el gran Rubén Magnano resaltaba la figura de César Cedrón en una entrevista radial con Se respira básquet (750 Neuquén). ¿A qué se debe este extraño cóctel? Sencillo: todo tiene que ver con todo.

Uno de los votos que recibió Gatti para lograr el contundente 8-2 llegó de la mano de Petrolero, el club que se transformó en noticia nacional porque el jugador brasileño no podía volver a su tierra. Hace casi dos meses, Rod y su pareja (embarazada) pudieron viajar y se llevaron el compromiso de que en 20 días iban a cobrar la totalidad de la deuda. “Les pido a los dirigentes que se pongan en movimiento porque no he tenido novedades”, clamó el pivote un par de horas antes de la asamblea de la FBN.

Como Goncalves, los demás jugadores y el cuerpo técnico de Petro esperan novedades con los pagos. Plata no hay, pero sí la hubo para saldar la deuda de 51.700 pesos que figuraba en la planilla previo a las elecciones. En el medio, Guillermo Pérez, referente del básquet Naranja, fue elegido como vice en la lista de Gatti.

El electo presidente, como Jorge Comoli hasta el 2019 y mucho antes el mencionado Cedrón, tuvieron activa participación en la Confederación Argentina. Ocuparon cargos importantes y también fueron gente de confianza en las eras del internacional Horacio Muratore, el polémico Germán Vaccaro o el bombero Federico Susbielles. Y hoy Gatti es una pieza clave para el inefable Fabián Borro.

Neuquén, en los últimos 30 años, tuvo una notoria presencia en la mesa chica de la CABB, pero decididamente no fue aprovechada. Para muestra, un botón: apenas 10 clubes estuvieron en condiciones de votar. Y sólo dos (Independiente y Zorros) llegaron a la asamblea con las cuentas en orden. Los demás, casi como por arte de magia, se pusieron al día sobre la hora. Y la historia termino 8-2.

Ese 2 fue para Luciano Saborido, quien irrumpió de manera sorpresiva e intentó meter un cambio generacional en la federación. Exjugador, referencia del 3×3 y actual funcionario del ministerio de Deportes, apostó por el ingreso de nuevos aires en la entidad. Falló en el intento, aunque avisó que esto recién comienza y que no piensa bajar los brazos. Con Ailín Berra como ladera, el básquet femenino es una de las prioridades de esta nueva camada dirigencial. La paradoja es que sus dos votos llegaron desde clubes que no tienen actividad para ellas: Lácar y el Rojo.

De cara al próximo mandato (2020-2022) y a deferencia de lo que ocurrió en las últimas dos décadas, Gatti sabrá que tendrá oposición, que habrá otras miradas. Y Saborido utilizará este arranque para juntar fuerzas y buscar revancha. Si hay disenso, hay ideas. Y si hay ideas es más fácil buscar una transformación en una actividad que está frenada y ha mostrado muchas falencias.

El básquet de Neuquén necesita dar el salto y lo debe hacer desde las bases. Si hay relación directa con la CABB, si el estado está presente (con sus tiempos) y si estas elecciones movilizaron como nunca a la gente de la actividad, es tiempo de darle para adelante.

Está bueno que la Generación Dorada haya nacido acá, que Magnano resalte la figura de Cedrón, que haya línea directa con la CABB y que el Ruca Che sea un icono a nivel nacional. Pero en los últimos tiempos, Neuquén fue notica por papelones: primero, con la pelea Gatti-Comoli, después por el incumplimiento de cuatro de los seis clubes de la Liga Argentina y el Federal, y en los últimos días por una asamblea que movió el avispero pero que también tuvo raros movimientos para llevarse a cabo. Desde un candidato que se bajó, hasta nombres sorpresivos en las listas y varios pagos relámpago de clubes que, supuestamente, no tienen un peso.

Si el objetivo es potenciar las bases primero y sobresalir después, no está mal buscar ejemplos en otros puntos del país. Está claro que Neuquén nunca será Córdoba, Santa Fe o Entre Ríos, pero sí se pueden tomar otros ejemplos. Hace un par de semanas, en una entrevista con Se respira básquet, Federico Kammerichs afirmó que en Corrientes todo empezó con la construcción de 30 playones que, de repente, se llenaron de jugadores de básquet. Hoy, la provincia tiene tres equipos en la Liga Nacional: Regatas, San Martín y Comunicaciones.

Es cierto que hay un clima diferente y otra densidad poblacional, pero se buscó un revulsivo, se planificó y los resultados llegaron con rapidez. Ojalá que por estos lares aparezca un proyecto serio, transparente, y especialmente que se incremente el número de jugadores y jugadoras, canchas y tableros. Al fin al cabo, es mejor que haya un todo red antes de que suene la chicharra de 24 y no que esté todo enredado como ocurre en estos tiempos.

 

 

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