Fran González: “Seguramente voy a volver, tengo el corazón acá”

El alero seguirá su carrera en Libertad de Sunchales. Todavía no viajó, pero en Plottier ya lo extrañan. (Fotos/Prensa Centro Español)

Por Cristian Helou

En la familia de Español hay satisfacción, pero a más de uno se le escapa un lagrimón. Francisco González, la gran figura en la última Liga Argentina, pegó el salto a la elite del básquet argentino y jugará la próxima temporada en Libertad de Sunchales. “Seguramente voy a volver en algún momento, porque tengo el corazón acá”, afirmó el alero con el mismo sabor agridulce que invade al club.

Ya en la temporada pasada, Fran fue tentado por Estudiantes de Olavarría, pero decidió quedarse en Plottier. La rompió y se veía venir el cambio de aire.

“Con mi representante siempre tuvimos la idea de conseguir algo en la Liga Nacional. Cuando vimos que se estaba complicando, aparecieron ofertas de Liga Argentina, como Quilmes y otra vez Estudiantes. La de Mar del Plata me interesaba mucho, siempre fue un sueño jugar en un club como ese, pero yo tenía fe con algo de la A”, relató el neuquino.

La semana pasada estaba casi abrochada la incorporación del equipo de Sunchales y luego de completar algunos trámites, se confirmó en las últimas horas. “Le dije a mi representante que no me interesaba la plata, que quería jugar en la A y se dio. Es tremendo, estoy muy contento”, largó.

González recordó que “apenas empezó la temporada, el Boti (Mauricio Santángelo, DT), me dijo que iba a ser el goleador del equipo y que iba a terminar en la Liga Nacional. Yo me cagué de risa, pero el Boti tiene algo de magia. Toda la familia de español está más que contenta”.

Concretada su llegada a Libertad, Francisco ya habló con su nuevo entrenador, Sebastián Saborido, hermano de Luciano, ex jugador de Independiente de Neuquén y actual funcionario del ministerio de Deportes de la provincia.

“La vez pasada estuve con el Huevo (Luciano) y lo apuré un poco (risas). El me contestó: ‘Hablé con Seba y le dije que te lleve a ciegas’”. Unos días más tarde, se dio el pase.

Además contó que Sebastián le contó sobre el proyecto y que la idea es “armar un equipo de jóvenes, con el objetivo de pelear en mitad de tabla. Nos va a costar mucho, pero tendremos que dejar todo. Ellos ya hicieron algo similar en esta temporada y varios chicos pegaron el salto a equipos más grandes”.

Pieza clave en el equipo que es gran candidato a repetir el título en el Integración zonal, el alero reveló que “es poco probable que siga. La idea es viajar el 1 de agosto y el torneo no va a terminar en esos días. No quiero abandonar al grupo en el medio de un play off y por ahí es mejor que sepan con qué plantel van a contar hasta el final de la competencia. Lo tengo que definir con el Boti”.

El año pasado casi se va. Se quedó, brilló y le llegó la chance de saltar a la A.

Jugó al tenis, se refugió en el 3×3 y ¡no es de San Martín!

Los comienzos de Fran con la naranja fueron en la categoría pre mini de Napostá, en Bahía Blanca. Nació en Neuquén, a los 2 se fue a vivir a la capital del básquet y a los 8 volvió al pago. ¿Dónde fichó? Contra todos los pronósticos, en el Tenis Club Neuquén. “Me pintó el tenis (risas) y jugué hasta los 12-13, que volvió al básquet, en Pacífico”.

Sus buenas producciones en la selección provincial y un gran Argentino en Jujuy lo terminaron de convencer y ya no dejó el parqué. “A partir de los 16, fue tremendo, me llamaron de Boca y de Atenas, pero elegí Bahiense del Norte, porque estaba más cerca. Como me pedían el pase completo y el albergue no era muy bueno, terminé en Estudiantes y ahí estuve tres años y medio”, contó.

Con 20 años retornó a la zona, se probó en Independiente, no quedó y jugó el Federal para Del Progreso (reemplazo por lesión). Después se refugió en el 3×3, volvió al club roquense para terminar el torneo, jugó el Integración para Pacífico y ahí sí el Rojo le abrió las puestas para el Federal.

Para muchos seguidores del básquet, Francisco es de San Martín de los Andes, pero no. Recién después de esa temporada en Independiente, el alero se instaló en la ciudad cordillerana.

“¡Viví cuatro meses en San Martín! (risas). Es muy loco y muchos se confunden, pero como jugué el 3×3 con amigos de allá y después estuve en Lácar en un Integración, me identifican con la ciudad. Me debía jugar con ellos y me saqué las ganas”, afirmó.

En 2015 llegó a Español y fue su lugar en el mundo. Explotó, se metió a los hinchas en el bolsillo y ahora dio el salto. Se lo extrañará en El Templo y seguramente hará de las suyas en El Hogar de los Tigres. Garras tiene de sobra.

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