La historia de El Ceibo: transformar desilusión en proyecto colectivo

Las chicas de Centenario participaron en torneos amistosos y en los Juegos Integrados Neuquinos.

Por Carolina Magnalardo

“El proyecto surgió después de que se disolviera la escuela en la que jugaba mi hija. Al ver su desilusión y la de sus amigas, y tras escuchar la propuesta de los demás padres de que me hiciera cargo del plantel, tomé la decisión de formar la escuelita de fútbol femenino El Ceibo, del barrio Tran Hue”, le contó José Luis Jerez a Aguante Neuquén. Ocho meses después de su nacimiento (16 de octubre de 2019), el equipo ya cuenta con 25 jugadoras de entre 9 y 17 años. De bajón a realidad en tiempo récord.

La mayoría de las jugadoras son de Centenario y hay una de Neuquén, quien participa solo de los partidos ya que se le dificulta por la distancia para concurrir a los entrenamientos.

Aunque la propuesta en el barrio no tuvo mucha repercusión, solo en los familiares directos de las jugadoras, eso no desanimó al grupo. Los días y horarios de los entrenamientos se planificaron a partir de los turnos que le cedía el municipio para poder utilizar un predio comunal, ya que no cuentan con espacio propio, y así fueron consolidándose como plantel.

El equipo participó de torneos impulsados por el Club Los Unidos de Cipolletti y de encuentros de escuelas de fútbol organizados por el Club Social y Deportivo Villa Manzano. También jugó contra rivales de la zona como “Las flamas”, del barrio Islas Malvinas de Neuquén, con la escuela municipal de Barda del Medio, y compitió en los Juegos Integrados Neuquinos.

“Todos eran torneos gratuitos. Cuando participamos en otras localidades hacemos ventas de empanadas y sorteos de canastas familiares para juntar el dinero del transporte”, afirmó Jerez.

José Luis Jerez.

El DT considera que el desarrollo del fútbol femenino en la provincia del Neuquén va a paso lento y con un camino cuesta arriba: “Sé que hay gente trabajando para que la disciplina crezca y sea incluida en las ligas pero se encuentran con muchas trabas en el camino”.

Hasta que se decretó la cuarentena, entrenaban tres veces a la semana en turnos de dos horas. “Las chicas responden y cumplen con los ejercicios propuestos por el profe. Contamos con elementos para entrenar como tortugas, conos, aros, vallas y algunas pelotas, todo comprado por esfuerzo propio”, relató.

“El mejor momento vivido en la escuelita fue cuando logramos conseguir nuestro primer juego de camisetas, pantalones y medias –agregó-. Las chicas saltaban de alegría ya que venían jugando con camisetas prestadas o directamente sin ellas. Lo negativo hasta ahora es no poder ingresar a algunos torneos por no tener el dinero para el transporte y ver la frustración de ellas por haber trabajado y no poder participar de algo que les gusta que es jugar a la pelota”.

El objetivo de la escuelita para lo que queda del año y para el próximo es participar de ligas provinciales, además de conseguir un predio para entrenar y poder recibir a otros equipos.

 

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