Tirar el centro y cabecear

En tiempos de pandemia, con varios frentes de conflicto abiertos, los errores lifuneros complican. ¿Habrá habido tirón de orejas del gobernador al ministro? (Neuquén Informa)

Por Cristian Helou

Científicamente no está comprobado que alguien pueda tirar un centro y aparecer con un salto apoteótico en el área para clavarla en el ángulo. Ahora, que Luis Sánchez lo intenta no quedan dudas. Anclado en la presidencia de la Liga de Fútbol de Neuquén hace dos décadas, avisó que estaba listo para dejar su cargo cuando se transformó en el primer Ministro de Deportes de la historia.

El 29 de mayo de 2019, a un mes de asumir el cargo provincial, le dijo a Aguante Neuquén: “Creo que no tengo que seguir en Lifune y ya lo hablé con el gobernador. No voy a ser más el presidente de la liga, pero vamos a armar un equipo y siempre voy a estar vinculado. Ya estamos en condiciones de llamar a asamblea”.

El llamado a elecciones brilló por su ausencia en ese 2019, la pandemia dominó la escena en 2020 y cuando parecía que el 2021 empezaba con renovaciones, nada de eso ocurrió. Sánchez sigue en Lifune y Lifune, hoy, está en el ojo de la tormenta.

Está más que claro que Sánchez no es el único responsable y que hubo una cadena de errores insólitos, agravados por la irresponsabilidad dirigencial en Unión, que dejó entrar más gente de la permitida o la violencia en la hinchada de Don Bosco.

Ahora, como titular de la Liga y como integrante de un gabinete provincial que todavía tiene muchos frentes abiertos por la pandemia, ese doble comando le jugó una mala pasada. Decidió sobre los protocolos, con el famoso 30% de capacidad que no se cumplió en Zapala y Plaza Huincul, pero quedó expuesto como referente de la Liga. Tiró el centro, cabeceó y la pelota se fue a las nubes.

Los rumores hablan de una sanción para todos los clubes, que llegaría desde el Consejo Federal. Primero sería muy injusto para las instituciones que sí cumplieron los protocolos (la gran mayoría). Y segundo porque la entidad que depende de AFA está lejos de ser ejemplo a la hora de tomar decisiones.

Esta jugada, con fuertes medidas para los que se equivocaron, se tiene que resolver acá, en la provincia. Y Sánchez, como nunca, debe ser el encargado de solucionarla. Que tire un centro y cabecee, pero que después abra el juego y cumpla con la renovación prometida. Será una acción muy saludable para el fútbol neuquino y también para las otras disciplinas que miran de reojo una situación que es, decididamente, incompatible.

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