Billi, las peleas con Heiland, Maravilla y el sueño de volver

"Lo tengo a mi viejo (Bruno), que me vive abriendo puertas. Yo sólo tengo que entrenar", dijo Billi.

 

En tiempos de pandemia abundan los especiales y en el caso del boxeo, esa típica “pelea del año” es un clásico. Billi Godoy protagonizó dos tremendos cruces con Sebastián Heiland, en el Ruca Che, ambas ganaron ese cartel (en 2012 y 2013) y la transmisión de TyC Sports se dio casi en simultáneo con la vuelta de El Niño a los entrenamientos. Superada la lesión en el tríceps del brazo izquierdo, el ex campeón internacional de los medianos sueña con subir esos escalones hacia el cuadrilátero.

Un golpe al aire terminó en desgarro, Jesús Avilés cantó victoria en el Teatro Caupolicán de Santiago de Chile y esa fue la última función de Billi, el 5 de julio del año pasado. “Primero probé con kinesio, pero no me quedó otra y tuve que pasar por el quirófano, en noviembre”, relató el boxeador de Centenario en una entrevista a Nadie se salva solo, de 750 Neuquén.

“Pasé todo fin de año y las vacaciones con el brazo inmóvil, retomé kinesio y la semana pasada ya pude empezar a entrenar, a hacer los primeros movimientos. Tengo el alta, pero no para golpear”, agregó.

A los 33 años (Centenario, 9 de noviembre de 1986), Billi cree que tiene piñas para largar, pero va paso a paso. “Primero hay que entrenar, recuperar bien el brazo y creo que a fin de año o principios de 2021 voy a estar en condiciones de subir al ring. Este tema de la pandemia paró todo, hasta los rankings, así que es como empezar de cero”, contó.

El récord: 37 victorias y 6 derrotas, con 18 definiciones por la vía rápida. a los 33, va por más 

Obviamente, Godoy se prendió a la transmi de TyC y recordó las peleas con el Gauchito que nació en Cipolletti pero se radicó en Pigüé (victoria de Billi el 7 de julio de 2012, revancha de Sebastián el 29 de noviembre de 2013).

“Era imposible no verla. Se ve que fueron buenas si todavía las siguen recordando (risas). Ya se me pasó la bronca de la segunda, disfruté mucho a las dos. En la segunda sigo pensando que fue una injusticia y que el árbitro la paró mal. Vamos a hablar en criollo, me la robaron, ya terminaba la pelea. Son cosas de los promotores, en ese momento estaba Osvaldo Rivero…”, lanzó.

Y siguió: “En lo deportivo me perjudicó muchísimo, era joven, psicológicamente me afectó mucho. Es parte de la vida, hay que crecer a los golpes”.

Pega Godoy, sufre Heiland. La primera quedó para el de Centenario.
Las dos peleas con el Gauchito se quedaron con el cartel de “la mejor del año”.

Dos meses después de la victoria de Billi en el Ruca Che, Sergio Martínez logró la inolvidable victoria ante Julio César Chávez Jr. (la del “salí de ahí Maravilla”). Y en esos tiempos se mencionó la posibilidad de un cruce con Godoy.

“No se dio y se habló dos veces, en realidad tres…Primero fue después de su pelea con Chávez, cuando yo estaba primero en el ranking del Consejo y era campeón internacional. Y después cuando Maravilla vino a pelear a Argentina”, contó.

Martínez se cruzó con Martin Murray en la cancha de Vélez, le ganó de milagro y ahí el rival pudo ser Billi. “Nos llamaron de Buenos Aires y nos dieron que la pelea podía ser conmigo. Iba a ser en River pero después pasó a Vélez. Tampoco se dio”, recordó.

Sin embargo, eso que parecía humo tuvo algo de realidad y fue el propio Maravilla quien se lo confesó a Godoy. “Vino al casino para hacer teatro y lo fui a saludar. Me vio y me dijo: ‘Yo iba a pelear con vos, ya tenía todo estudiado’. No lo podía creer y le dije ‘decímelo despacito, por favor’”.

Está claro que a Billi se le esfumó una gran posibilidad porque “en ese momento yo estaba para pelear con cualquiera. Con Maravilla, con Chávez. Encima me dijo que era un boxeador complicado, difícil…”.

Obviamente, a Godoy le gustaría tener un cruce ahora que Martínez vuelve (el próximo 21 de agosto en España). “Me encantaría, pero creo que está buscando otra cosa. Sería muy lindo para mi historia, porque también enfrenté al Tata Baldomir (Billi ganó por puntos el 14 de abril de 2012). Son cosas inolvidables, que te regala Dios”, cerró.

 

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