Cuando Independiente rompió el mercado

Independiente metió una transferencia top, el equipo rindió y la tapa de Sólo Básquet con Richotti no tardó en aparecer.

Por Nicolás Tamborindegui

Tras una muy buena temporada debut en la elite del básquet argentino en 1989, Independiente de Neuquén apuntó más alto de cara a la liga siguiente, que tenía una particularidad: iba a ser una liga más corta de lo habitual en cuanto a partidos y duración, porque durante el 1990 se iba a jugar nada más ni nada menos que el Mundial de Básquet en nuestro país. Al certamen se lo denominó como “la liga corta del 90”.

Eduardo Armer siguió siendo el técnico y a su lado continuó también el Pollo Daniel Araoz como ayudante. Los dirigentes rápidamente quisieron subir el nivel de cara al nuevo torneo y antes de que la liga terminara metieron un bombazo en el mercado: la contratación de Marcelo Richotti, jugador de selección que no tenía club tras la deserción de Pacífico de Bahía Blanca. El rápido y goleador base de 1,76 llegaba para tomar las riendas del equipo.

Fue el pase del año y el que rompió el mercado por entonces. Richotti era uno de los tres bases top del país, indiscutible en la selección junto con Miguel Cortijo y Marcelo Milanesio. Tener a uno de los tres era garantía de éxito.

El base en La Caldera. (Sólo Básquet)

Richotti (493 puntos en 19 partidos, 25,9 de promedio por noche) era sin lugar a dudas un gran salto de calidad para Armer y su cuerpo técnico. De hecho, fue el pase más caro de esa temporada, Luego el reto de la dirigencia fue asegurar la continuidad de la mayor parte del plantel. Así fue como siguió la columna vertebral de la buena campaña anterior: De la Fuente, Darrás, Aguilar y Suppi, aunque hubo una baja muy importante como lo fue la de uno de los ídolos, Luis Oroño, quien se marchó a Sport Club de Cañada de Gómez, otro equipo que tenía un proyecto muy ambicioso para esa temporada. Tampoco siguieron Daniel Barrales, Horacio Beigier ni el americano Eddie Roberson.

Una de las novedades reglamentarias de la competición era la posibilidad de contar con dos refuerzos extranjeros. Durante ese año el Rojo tuvo bastantes problemas para acertar con los indicados. Los que arrancaron fueron Benjamin Mitchell y Paul Eddie.

“Era la primera vez que salía de mi ciudad. Pacífico dejó de competir en la liga y no hubo otra alternativa. Pude quedarme a jugar en Bahía en Olimpo o Estudiantes pero no se dieron las condiciones, apareció la propuesta de independiente y allá fuimos”, recuerda el propio Richotti hoy desde Puerto Madryn.

“Era una buena propuesta, yo tenía la posibilidad en ese momento de ir a Sport de Cañada de Gómez o a Independiente y por cercanía y proyecto me decidí por Independiente. En Neuquén además tenía familiares mi señora, y por ser una primera salida de tu ciudad, si tenés afectos cerca o conocidos es mucho mejor. Hubo muchas cosas que influyeron más allá de lo deportivo”, agregó el base sobre la previa del que fuera denominado como “uno de los pases del año”.

Justamente sobre lo que significó esa contratación para el mercado de la liga esa temporada recordó que “Independiente había ascendido poco tiempo antes y yo estaba en la plenitud de mi carrera, en un muy buen momento, por eso le dieron mucha trascendencia. Además, por cambiar de ciudad, dejar Bahía Blanca e ir a Neuquén. Yo Iba con la mentalidad de hacer el mejor trabajo posible y de tener una muy buena temporada, que la tuvimos”.

Así, en pleno verano, el 12 de enero de 1990, arrancó la sexta edición de la Liga Nacional de Básquet, la segunda con Independiente como protagonista. De hecho, el primer partido se jugó en nuestra ciudad y el Rojo recibió a Estudiantes de Bahía Blanca. El equipo estuvo a la altura de las enormes expectativas que se habían generado en la previa. Fue un triunfo de galera y bastón por 105-83 para que la gente, que colmó La Caldera, lo disfrutara y mucho.

El debut de Richotti fue muy bueno, ya que fue uno de los goleadores del equipo con 21 puntos. Por talento y carisma, desde el primer momento se metió a los hinchas en el bolsillo y ya al siguiente juego fue decisivo con conversiones en los minutos finales para darle el triunfo al Rojo en Paraná 78-77, ante Echagüe.

Aprovechando su velocidad y su capacidad de mando, se transformó en el líder del equipo adentro de la cancha, y esa temporada tuvo partidos muy buenos, como sus 25 puntos ante el Ferro de Cortijo en La Caldera en una victoria por 106 a 83. También sumó 26 ante Olimpo de Bahía Blanca y 27 contra Olímpico de La Banda, Santiago del Estero, en sendos triunfos Rojos.

Una situación muy especial se dio cuando Richotti, e Independiente, tuvieron que viajar a Bahía para enfrentar a Estudiantes. Era la primera vez que Marcelo jugaba en su ciudad con una camiseta que no era bahiense. Máxima expectativa.

Estudiantes había mejorado con respecto al equipo del debut. Espil había crecido muchísimo como jugador y Alvin Frederick seguía indomable. A ellos se les había sumado el pivot Lawrence Crawford y desplegaban un muy buen básquet, a tal punto que estaban invictos en el Osvaldo Casanova.

El duelo tenía además ese condimento aparte que era la presencia de Richotti, ídolo de Pacífico. Fueron muchos los que esa noche pagaron la entrada solo para verlo a él, a tal punto que la recaudación fue récord para el básquet bahiense de esa época: casi 22 millones de australes (21.045.000 de australes según cifras oficiales). Entre semejante concurrencia también hubo neuquinos, principalmente jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional del Sur, pero también algunos que viajaron desde Neuquén.

El partido fue luchado y muy parejo desde el comienzo, y Richotti no defraudó a quienes fueron a verlo. Metió 24 puntos, condujo con acierto al visitante y fue la gran figura de la cancha, muy bien acompañado por Esteban De la Fuente que sumó la misma cantidad de puntos.

Tras los primeros cinco minutos del complemento, el Rojo ganaba por 9, pero de la mano de Frederick lo dio vuelta el Albo y pasó a ganar por 2 tantos a falta de poco más de 8 minutos. Ambos equipos fueron intercambiando gol por gol hasta llegar a lo segundos finales igualados en 82, tras dos tiros libres de Ricardo Segal. El marcador no se movió en los 14 segundos que le quedaron a la visita y el partido fue directo a tiempo suplementario.

En esos cinco minutos, todo fue de Independiente y especialmente de Richotti, uno de los hijos mimados de la ciudad, más allá de los tantos de Frederick. Fue triunfo muy festejado por 88-85 ante un estadio repleto. Además del bahiense y de De la Fuente, fue bueno lo de Ruffus Jones con 14 puntos, y también lo de Mergin Sina, que hizo 12 en su primer partido. En Estudiantes el mejor fue Frederick con 32 y además el otro estadounidense, Crawford, terminó con 20.

Antes de la llegada de la recta final de la competición la revista Solo Básquet, en su número 46, publicó una entrevista con Richotti, realizada por el periodista Alejandro Pérez, bajo el título “Soy un producto de la Liga”, en la cual dejaba interesantes conceptos sobre la temporada del Rojo neuquino, que marchaba por entonces bien encumbrado en las posiciones.

Marcelo aseguraba estar pasando uno de los mejores momentos de su vida, ya que, por ejemplo, estaba jugando más tranquilo: “Acá en Neuquén no tenés problemas económicos, te atienden bien y eso te pone bárbaro de la cabeza. Además, encontré cosas que no esperaba y nos adaptamos muy bien con mi familia. Estos dirigentes son de oro, no hay que perderlos”. Pavada de elogio de Richotti para con los directivos del club.

Lamentablemente, Richotti no pudo terminar la temporada de la mejor manera, ya que sufrió una seria lesión en el tercer partido de cuartos de final en Comodoro Rivadavia, justo cuando venía de meter 30 puntos en el segundo partido. A los 40 segundos de ese tercer juego, que era televisado para todo el país, el base penetró en la primera jugada ofensiva del Rojo, convirtió el doble, pero cayó mal y se lesionó: esguince de tobillo y afuera del partido y de lo que quedaba de la serie.

El base aun hoy recuerda esa situación, que pudo haberle costado aún más caro: “Me tuerzo el tobillo y me queda como una empanada. Me acuerdo que no habían viajado los médicos ni el kinesiólogo con los elementos para tener todo para rehabilitarme, entonces mandan a pedir los aparatos a Neuquén y los envían por avión, por lo que ahí mismo en Comodoro empiezo la recuperación, con tanta mala suerte que yo estaba en una habitación con el Tigre Aguilar y uno de los aparatos me lo puse una mañana y estaba corrida la parte del algodón y me toca la chapa del tobillo y me quemo. Se me hace una lastimadura importante y se me ulcera y casi me pierdo el Mundial por eso”.

Aun sin él, Independiente pudo eliminar 3-2 a los comodorenses y acceder a las semifinales, donde enfrentó al poderoso Sport Club y no tuvo chances. Aun complicado, Richotti pudo volver a jugar y ver algunos minutos en la serie que significó el cierre de la primera de sus dos temporadas en Neuquén. “Pude volver, pero no estaba al 100 por 100”, recuerda el base. En esa liga el Rojo terminó tercero, fue su mejor ubicación histórica y mucho mérito tiene la gran contratación del genial base bahiense.

“No tuvimos suerte con los extranjeros ese año. Al inicio de la temporada teníamos una pareja que volaba (Mitchell y Eddie), si hubieran continuado ellos, otra hubiera sido la historia. Terminamos con Ruffus Jones, un pivot bajo de 1,95 y con Mergin Sina, con quien todavía tengo contacto, me llamó el otro día”, dice Richotti

Luego jugaría también con la casaca neuquina al año siguiente (altas expectativas pero sexto puesto con sabor a poco) y luego volvería a Estudiantes de Bahía Blanca para dar lugar a una carrera impresionante que lo llevó por ejemplo a Peñarol de Mar del Plata, donde logró ser campeón de la liga, y a Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. Cabe destacar que, estando en Neuquén y siendo integrante del plante del Independiente, jugó el mundial del 90 con la selección argentina.

El Rojo tuvo dos jugadores en la selección de 1990: De la Fuente (10) y Richotti (4)

“Tenemos los mejores recuerdos con mi familia de mi paso por Neuquén, la hemos pasado muy bien, nos han tratado muy bien, hay gente que quiero mucho como Tito Contreras y Roby Jankowski, agregó Marcelo desde Puerto Madryn.

Luego de retirarse como jugador se dedicó a la dirección técnica, ha pasado por varios clubes tanto en la Liga Nacional como en el TNA y en México. Con el buzo de DT volvió varias veces a Neuquén, tanto para el Súper 8 del año 2006, como para enfrentar a Independiente. Siempre fue muy aplaudido y querido, ya que en lo deportivo y en lo humano dejó un gran recuerdo. Es que, además, cuando se añoran los tiempos de gloria del Rojo y del básquet neuquino, Marcelo Richotti es sinónimo de ellos.

Marcelo en su casa, Pacífico, antes de venir a Neuquén.

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