El día que Magnano recorrió Plottier en autobomba

Magnano-Muratore, una dupla clave, que cambió al básquet argentino.

Por Nicolás Tamborindegui

El Mundial del 2002, con Argentina finalista, propinándole la primera derrota a un Dream Team de los Estados Unidos en su historia, más el surgimiento de los Ginóbili, Nocioni, Scola y compañía, cambió para siempre el rumbo del básquet en la Argentina, especialmente la identificación con la gente común. Si bien todavía faltaba lo mejor y más importante, el oro olímpico en Atenas 2004, el reconocimiento en esos tiempos previos fue impresionante.

Con motivo de la presentación de la edición número 70 del Campeonato Argentino de Básquet, la Confederación Argentina organizó, 40 días antes, la visita de una comitiva a la provincia de Neuquén que incluía al mandamás Horacio Muratore y al técnico de la selección Argentina, Rubén Magnano

Tanto Muratore como Magnano arribaron temprano al aeropuerto Presidente Perón de la ciudad de Neuquén y tuvieron una jornada intensa, acompañados por el presidente de la Federación Neuquina de Básquet, César Cedrón, quien además había sido jefe de equipo de la selección en el Mundial de Indianápolis 2002. Arrancaron por Allen, donde se sumó el presidente de la federación rionegrina, Osvaldo Lopes, estuvieron en el Ruca Che, luego en la ciudad de Plottier, más tarde visitaron Plaza Huincul y cerraron el día con una presentación en sociedad en el boliche Kimika de Cipolletti.

La historia que nos ocupa en esta oportunidad se ubica geográficamente en esa visita de la comitiva a Plottier. Para eso, hay que entender el contexto: unos pocos meses antes, paralelamente al surgimiento de la Generación Dorada y de la mano de un grupo de dirigentes entusiastas del básquet, Centro Español comienza a participar de los torneos Integración organizados por las federaciones de Neuquén y Río Negro y comienza a surgir una pasión increíble por la disciplina en la localidad, con partidos a cancha llena y gente que seguía al equipo en gran número de visitante. En ese marco, llega a la localidad el técnico de la selección a la localidad y los mismos dirigentes de Español organizaron un recibimiento especial y nunca visto para la ciudad.

En la ruta 22, en el acceso a Plottier, había una caravana y una autobomba de los bomberos voluntarios esperando por Magnano. Lo subieron, lo pasearon por las calles prácticamente de toda la localidad hasta llevarlo al lugar de la conferencia de prensa, mientras de atrás lo seguían a los bocinazos.

El que recuerda perfectamente lo ocurrido es Bruno Gómez, una de las caras visibles por entonces del grupo de dirigentes de Español. “Fue el 19 de mayo de ese año 2004 que vino a Plottier el DT de la Selección Argentina Rubén Magnano. Con la subcomisión de básquet del club y con el entrenador, que era Pablo Obreque, organizamos una caravana con padres y chicos del club. Lo esperaron todos a la entrada de Plottier y lo paseamos por toda la ciudad”, recuerda

“Rubén estaba muy emocionado. Luego hubo una conferencia en el salón municipal que está en el predio del ex ferrocarril y allí también estaban presenten el presidente de la CABB, Horacio Muratore, que después fue el número 1 de FIBA a nivel mundial. También estaba la intendenta Pilar Gómez, Adrián Sánchez, que era el representante de Deportes, Cesar Cedrón como presidente de la Federación Neuquina y las autoridades del club. Ahí se hizo la presentación oficial de la edición número 70 del Argentino”, siguió.

El dirigente contó detalles de la rueda de prensa. “Hablaron Muratore, Pilar Gómez, Cedrón y hablé yo también por el club. En un momento Horacio le dice a Rubén que hable y dijo algo así como que no estaba acostumbrado pero que estaba muy emocionado por el recibimiento y por ver a los chicos y padres presentes en un lugar como Plottier. Ahí se quebró un poco”. Luego de semejante recibimiento, Magnano siguió camino con la comitiva a Plaza Huincul.

“Como anécdota de esa jornada inolvidable del 19 de mayo del 2.004 recuerdo que se colocó un cartel en la entrada del gimnasio que decía “Obra en construcción, no Ingresar”. Hicimos esto porque estábamos a menos de 40 días de la inauguración del campeonato y faltaba que llegaran las jirafas, los relojes y también las terminaciones del piso”, agrega Gómez.

Lo que vino después es conocido por todos y forma parte de la historia más gloriosa, no sólo del básquet sino también del deporte argentino. Tan solo tres meses después de estar arriba del autobomba, Magnano desde el banco comandaba a la Generación Dorada a conquistar el oro olímpico en Atenas, venciendo al Dream Team una vez más, en ese caso en semifinales, y a Italia en la recordada final por 84-69.

Segundo golpe al Dream Team y a la final olímpica.
28 de agosto de 2004. Oro histórico.

Mientras veían por televisión a Manu, Pepe, Luifa y compañía con la medalla de oro colgando en el pecho y la corona de laureles en la cabeza, en Plottier recordaban que no mucho tiempo antes el “padre de la criatura” había sido recibido con todos los honores en la ciudad. Así lo recuerda perfectamente Bruno: “Cuando el 28 de agosto de 2004 disfrutamos de ver a la selección argentina campeona de los Juegos Olímpicos, se nos vino a la memoria que cien días antes, había estado en Plottier el DT”. ¿Le habrán dado suerte?

 

 

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