Los banderines no se acaban y si son creativos, mucho mejor

A la hora de diseñar, se le animan a todos: clubes locales y nacionales.

Por Abigail Varela

El fútbol cambia de manera permanente pero hay algunas cosas que no se extinguen. Es el caso de los banderines que casi siempre los capitanes intercambian antes del comienzo de cada partido. Y en Neuquén una familia se dedica a su fabricación, de la mano de Javier Herrera y su hija Jaqueline.

Banderín Creativo es el nombre del negocio que empezaron hace un año. “La idea fue de mi papá. El conoció un grupo de hombres que hacían hockey sobre patines y al tiempo se unió para jugar en el club. Un día viajaban al interior y querían llevar un recuerdo para intercambiar con los equipos que se iban a enfrentar. Y el intercambio del banderín fue lo que surgió primero”, contó Jaqueline.

A prueba y error, con los moldes de tela, tamaños, tintas y otros materiales se logró la mezcla justa que dio como resultado el primer banderín para el Club Pehuén.

“Después de nuestro primer banderín, mi papá hizo un estudio de mercado. Recorrió un par de tiendas de trofeos, casas de deportes y preguntó si había banderines. La mayoría les decía que no y que había mucha gente que les pedían pero no los podían conseguir. Entonces vio que había una necesidad pero nadie la estaba abasteciendo”, siguió.

Otros clubes de futbol que retomaron esta iniciativa fueron San Lorenzo de Neuquén y Cipolleti. “El vicepresidente de San Lorenzo nos había pedido un banderín para recordar viejos tiempos. Y con el Albinegro fue diferente. Mi papá les llevo un banderín, lo llamaron para decirle que les había gustado y se hicieron varios”, contó.

A pesar del corto tiempo del emprendimiento, Banderín Creativo ya tuvo su momento de fama, porque apareció uno en el programa “Polémica en el Bar”.

Y Jaqueline contó cómo fue: “Mi mamá estaba viendo la tele y nos llamó súper emocionada diciéndonos que había reconocido un banderín nuestro que estaba en la mano de Mauro Viale. Enseguida nos preguntamos cómo había llegado hasta allá y nos enteramos que desde Cipolletti habían enviado uno”.

El hecho de haber llegado a diferentes clubes regionales los impulsó a ir por más. Ahora, además de confeccionar banderines para los equipos de futbol, están realizando otros modelos personalizados. Los pedidos llegan por redes sociales o por el boca en boca y ellos, Javier y Jaqueline, mantienen vivo un clásico ritual del fútbol.

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