Los valores de la familia: la historia del fútbol femenino de Taquimilán

El equipo actual. Una referencia del norte neuquino.

Por Carolina Magnalardo

Un adolescente le alcanza la pelota a su mamá para que haga rápido el lateral y aproveche la distracción del rival. Con una espectacular volada, la arquera saca la bola antes de que se le cuele en el ángulo. Se reincorpora y lanza una sonrisa cómplice a la niña que, desde atrás del arco, le grita “¡Bien, mami!”. La talentosa delantera se prepara para reemplazar a una compañera y antes de ingresar al campo de juego, voltea a ver a un grupo de criaturas que corretean y lanza la advertencia: “Pórtense bien, eh”.

Las protagonistas pueden cambiar cada fin de semana pero la imagen se repite en las canchas de fútbol femenino de la provincia del Neuquén: las futbolistas habitualmente concurren a los partidos acompañadas por sus hijos, generando un gran ambiente familiar.

Así eran los partidos en 2010 en Taquimilán, a 385 kilómetros de la capital neuquina, cuando se conformó el primer equipo de fútbol femenino, integrado por mujeres de entre 16 y 30 años, dirigido por Eduardo Maldonado. Era un trabajo coordinado: mientras las jugadoras dejaban todo en la cancha, afuera del rectángulo, Yolanda Mercado, la esposa del DT, cuidaba a los hijos de las futbolistas. Durante dos años el conjunto compitió en torneos en su ciudad, Loncopué, Las Ovejas, Chos Malal, Huinganco.

Acá empezó todo: el equipo del 2010.
El primer DT, Eduardo Maldonad, y una clásica imagen familiar.

Tras la disolución del grupo, el equipo resurgió en 2013 y se sumaron competencias en Chorriaca y en El Huecú. En una primera etapa fueron dirigidas por Roberto Chávez, luego por Claudio Hernández y actualmente por Nicolás Maldonado. Doce futbolistas integran el único plantel de la ciudad en la que hay alrededor de 25 jugadoras.

“Los que comenzaron con el equipo fueron mis padres, Eduardo y Yolanda”, cuenta Verónica Maldonado, tesorera del equipo y hermana del actual entrenador, Nicolás. “Comparto equipo con mis dos hermanas y mi cuñada. Hace un año empezó a jugar mi hija y eso es un gran orgullo para mí. El fútbol para nosotros es sinónimo de familia”.

“Hemos superado varios obstáculos. Muchas veces nos han querido separar como grupo pero estamos convencidas de lo que hacemos. Gracias a nuestro entrenador y sobre todo al apoyo incondicional de nuestras familias que son nuestro pilar, hemos salido adelante. En los cumpleaños o fin de año nos reunimos todas con nuestras familias y celebramos juntos. Eso nos hace más fuertes y, sobre todo, felices. Disfrutamos siempre y vamos abriendo puertas para las nenas de Las Panteritas –formado hace dos años- que con el correr de los años tendrán su lugar en nuestro equipo”.

“Hemos superado varios obstáculos. Muchas veces nos han querido separar como grupo pero estamos convencidas de lo que hacemos”, Verónica maldonado

Otra realidad que se repite en equipos de toda la provincia es que no reciben aporte económico del gobierno municipal ni provincial. “Hemos hecho rifas, venta de golosinas, feria de empanadas y otras acciones para juntar plata y comprar medias para todas. Luego nos regalaron nuestro primer juego de camisetas. Así crecimos y jugamos con equipos de localidades cercanas hasta que nos animamos a participar de un Torneo Intercultural en El Huecú. Éramos seis equipos y cada mes se jugaba en una sede distinta como Caviahue, El Cholar, Chorriaca y en Taquimilán. Salimos terceras y gracias a ese premio compramos los elementos para equiparar nuestro botiquín”, cuenta la mediocampista de 35 años.

En cada viaje fuera de la ciudad las futbolistas deben rebuscárselas para costear los gastos: “No es nada fácil, a veces el municipio nos pone el transporte pero la nafta y viáticos para el chofer los pagamos nosotras. En otras ocasiones viajamos en autos particulares. No recuerdo que hayamos faltaba a un partido. Siempre hacemos lo que podemos para representar a nuestro pueblo y disfrutar de este deporte que amamos”.

Uno de los mejores momentos fue cuando pudieron comprar las camperas con el nombre de la ciudad para representar a Taquimilán en los torneos fuera del pueblo. El trabajo comprometido ha logrado que los vecinos de la localidad se identifiquen con el equipo y que acompañen desde las tribunas.

Protagonistas. Títulos, podios y mucha entrega.

Cada septiembre, desde hace tres años, organizan el torneo aniversario de la ciudad y en 2019 salieron campeonas. En febrero de este año compitieron en un Torneo Binacional junto a diez equipos y fueron terceras.

Entrenan tres veces por semana y en invierno lo hacen el gimnasio. “Para el 2021 deseamos tener más apoyo local desde el área de Deportes, participar en torneos en otras localidades y, lo más importante, realizar una liga que dure algunos meses y que puedan venir varios equipos para aprovechar nuestra cancha de césped que durante tantos años anhelamos tenerla. También queremos contar con más indumentaria y elementos deportivos”.

 

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